Ya de vuelta de este puente que hemos tenido los zaragozanos. Ha habido de todo en este valle de nieves, eso sí, todo bueno. Esquiar esquiamos, por supuesto, y cuando no se pudo esquiar ahí estaban estas otras opciones para disfrutar del Valle.
El sábado intentamos subir a BB, pero una caravana de coches parados nos lo impidió, un poco antes de la rotonda de Gessa estuvimos parados más de veinte minutos. Por cierto, en esta foto también se puede apreciar los estragos que causan los quitanieves en las señales de tráfico, el Valle está plagado de señales tumbadas por el aplastamiento que produce la nieve que lanzan los quitanieves a la cuneta a toda velocidad.
Los más impacientes pronto dieron la vuelta.
Otros aprovechaban para poner cadenas de tela, y alguno incluso optó por seguir el camino andando.
Cuando dimos la vuelta en la rotonda de Gessa y volvimos comprobamos que se había formado una gran caravana.
Con el plan de esquiar abortado,
no nos quedó más remedio que meternos en el Urtau.
Por suerte, en el jardín de casa teníamos la nevera bien surtida.
A media tarde subimos a tomar unas cervecillas al Parador de Vielha, desde el salón de la rotonda teníamos una preciosa vista, con una inmensa nube que amenazaba con caer sobre los pueblos del Valle.
Por la noche el cielo se despejó y salimos a dar un paseo por el camino de La Tüca, en Betrén. Había luna llena y era espectacular la claridad con la que se veía todo, se veían sombras y relieves como si fuese de día.
Todo un espectáculo digno de ser vivido. Las fotos están tomadas a las doce de la noche.
Las fotos están hechas a pulso, sin trípode. La verdad es que se veía mejor que muchos de estos días nublados en BB.
La excursión vespertina de la tarde siguiente no podía ser otra que a Bagergue. Ibamos con unos andaluces que nunca habían visto la nieve y había que impresionarlos.
Y vaya que si lo conseguimos, Bagergue estaba precioso, y eso que ya se notaba que se había ido nieve desde la última gran nevada.
Nuestros amigos estaban atónitos, no daban crédito a lo que veían.
El pueblo nos brindaba unas imágenes espectaculares.
Al día siguiente por la tarde por fin pudimos ver el sol.
Decidimos ir a uno de los pueblos más aislados y tranquilos del Valle, donde todavía no ha llegado la fiebre de la urbanización: Bausén, uno de mis favoritos.
Salimos del pueblo por la era camino del famoso cementerio de una sola tumba, que ya se ha mencionado en este foro. Si alguien siente alguna vez la imperiosa necesidad de desconectar de sus problemas que se venga aquí.
Algunos rincones incluso invitan a la meditación zen.
Todo estaba en su justa medida, las sombras, las luces.
Después de una ardua caminata hundiéndonos en la nieve por encima de las rodillas llegamos al cementerio. Vimos huellas de raquetas, y apostaría a que eran de los foreros que lo visitaron unos dias antes.
De vuelta al pueblo observamos el cementerio donde el cura se negó a enterrar a la amada Teresa hace casi cien años, hecho que motivó que su amado le construyera un cementerio para ella sola.
De vuelta a la carretera general seguimos contemplando multitud de señales tumbadas por la acción de los quitanieves.
(Yo creo que esto se podría evitar).
Como despedida, la última tarde nos regala la imagen del Montcorbison luciendo un magnífico manto de nieve.
Como siempre, el Valle nos volvió a brindar otra estancia inolvidable.
, y que hay que acoquinar por aparcar.
