Otra nueva tanda de fotos, éstas relacionadas con la organización y los eventos que hubo durante el fin de semana.
El viernes por la tarde, Buscapaligru luchó a brazo partido contra el viento para montar la enorme banderola de Nevasport frente al Fuerapistas, punto de encuentro y de acreditación ese día. Los demás le dábamos, desde la terraza y cervecita en mano, indicaciones razonables e inteligentes de cómo izar la bandera.
Menudo tinglado tan completito montó el Milka Schoko Tour en pistas

. Y sí, yo también me fotografié con la vaca malva, qué passssa...
La vaca también estaba en plena pista y allá que fuimos Jairo y yo.
La carpa de Nevasport estuvo llena de gente toda la mañana del sábado. Y si la gente no iba a la carpa, la carpa iba a la gente. Aquí, los organizadores con la casa a cuestas
Hubo premios a paletadas, cajas y cajas de premios... Lo malo era que había que llevarlas al sitio correcto! Y ellos venga a cargar.
Por la tarde, mientras hacíamos tiempo en la terraza de Ampriu para subir las antorchas, Norrona repartió vino caliente para ayudarnos a mantener el calor. Ahí vemos al director de la estación haciendo los honores.
La enésima foto de Womanpaligru en plan estatua de la libertad
Pero la bajada de antorchas tenía más misterio todavía. ¿Cómo se coloca este cartoncito en la antorcha, ein??
Félix, de la estación, le explica al sheriff Raulasturias por dónde hay que bajar con las antorchas.
Ya en la Colladeta, preparándonos para bajar con las antorchas. Creo que Piskel estaba un poco impaciente por empezar... No así Matamalos, el de los nervios templados y mirada calculadora...
Lins y Moss, también emocionados durante la espera.
Todos listos para la bajada de antorchas. Sólo faltaba que oscureciera un poco más.
Por fin vamos encendiendo las antorchas!!! A esa hora ya me estaban temblando las rodillas de nerrrrvios...
Menos mal que Pepe bajó delante de mí en plan psicólogo, animándome todo el rato... Pero qué confusión: tan pronto me decía que no perdiera de vista las colas de sus esquís como me instaba a disfrutar del paisaje y del cielo estrellado!
En fin, saltamos a la cena. Verdaderamente, como ya nos venían diciendo los organizadores desde semanas antes, ahí no cabía ni uno más de los 200 acreditados.
Y aunque de este acto no tengo muchas fotos, no me resisto a poner una de Pepe durante la entrega de premios. Cada día le salen mejor los discursos, oye. Eso sí, nótese que tuvo que posar el papel sobre la mesa debido al temblor de manos...

(con cariño pa Pepe, eh).