Para Ordeles y demás.... Tengo la suerte de ser una persona muy joven, que todavía está empezando y estoy lleno de ganas de hacer cosas. Muchas de las cosas que pienso las he ido madurando con el tiempo y aún me queda mucho por recorrer. Por ejemplo el tema de los niveles y tal pues es una cosa que se plantea muy a menudo. He tenido la ocasión de trabajar durante unas temporadas de invierno como remontero y he visto de todo. Puedo decir que he estado en los dos lados de la línea y se ve de todo. A veces no estás muy de acuerdo con lo que la compañía te hace hacer pero de ella comes y de eso no te olvidas fácilmente (aunque a veces sí). Empecé fregando platos en un restaurante de montaña para empezar con esto del esquí. Hace sólo ocho inviernos. Ahora soy "profesor" de esquí con mi TD2 debajo del brazo. Aunque la verdad.... todavía estoy aprendiendo, aprendiendo a esquiar, aprendiendo a enseñar, aprendiendo a equivocarme, aprendiendo a rectificar (de lo más difícil), aprendiendo, aprendiendo.... Muchas veces a base de tortazos pero a veces es la única manera, a veces no.
El esquí en sí no tiene problemas, se los añadimos nosotros. Quiero decir, somos personas dentro de una sociedad y somos el reflejo de ésta. Por lo tanto no es difícil ver la envidia (sana o no) en los ojos de los demás. La frase: "Qué cabrón, mira cómo esquía!" se puede interpretar de distintas maneras. A veces es un halago, a veces no. Pero lo importante es que te haga pensar y te empuje a hacer algo positivo. Si es mejorar en el esquí cojonudo, si es mejorar cualquier aspecto de tu vida es igual de cojonudo.
Desde la cola de un remonte, dándo clases a todo tipo de gente (sólo 3 temporadas) uno ve cosas. Las vemos todos no nos equivoquemos. A menudo nos obsesionamos con asumir tal gesto técnico, con ser mejores que tal o cual, lograr bajar por allí, o lo que sea... hasta el punto de olvidarnos de por qué estamos allí. No creo que haya nadie que vaya a esquiar por guay!. Esos se quedan en la cafetería (por decir algo), yo también he practicado el "cafeting" y se me dá muy bien.
Cuando uno coje un cliente para una hora de clase tiene ante sí un reto. Para mí lo es. Cada vez que cambio de cliente se me hace un nudo en el estómago. No de esos grandes, pero sí uno pequeñín que me hace estar un tanto nervioso. ¿Y ahora quién vendrá? Un niño obligado a esquiar por sus padres... Una novia con mucho miedo... Un matrimonio de edad avanzada... Unos niños súper-majos... Un/una crack... Un cero patatero... Una pareja encantadora... La verdad es que con todos no puedo. Ni yo ni nadie. Bueno Rafa sí pero eso es otro tema. Para mi cada clase que hago es un reto, y trato de superarlo lo mejor que puedo. Me han salido clases magistrales pero... también auténticos bodrios. El que diga que no que me lo cuente. Después del poquito tiempo que llevo en esto y viendo al personal ahora pienso (quizás mañana cambie de opinión) que en general somos unos locos del nivel y de si mira esto y mira lo otro. Eso está pero que muy bien. Sí, sí, no pongáis cara de locos. Eso es muy estimulante pero debe ser encauzado.
La madre de un amigo mío es una señora encantadora, muy jovial y se encuentra en buena forma física porque se cuida. Le gusta esquiar. Lo más técnico que hace es un fundamental. Sí, un viraje fundamental, hasta en el palón más helado que encuentra. Sorprende que no sea un peligro para los demás. Por lo menos tiene claro dónde sí y dónde no. Esa mujer no esquía conmigo porque le vaya a enseñar algo. Esquía conmigo para ver su estación favorita de una manera diferente. Que le cuente cosas del funcionamiento, que le cuente para que sirven los pilones esos metálicos..., qué es esa caseta vallada... (el polvorín), que qué son esas huellas... (zorros). Pensaréis también vale eso está bien pero... ¿Podría subir su nivel? Claro, si quisiera. A lo que replicaréis, Ya pero... ¿rápido?. Todo lo rápido que se pueda ir con cincuenta años, las aptitudes físicas que tenga y sus ganas.
Todo esto que digo es muy guay, muy progre y tal. Es un poco lenguaje "new age" de mierda. Esto es más viejo que yo. Esto está en la cabeza de muchos profes, remonteros, directores,...
Para mí lo más difícil de mi trabajo a veces es descubrir qué quiere la persona que tengo delante. A veces es fácil. Quieren compañía, que les guíes por la estación, comas con ellos y te vayas. Otros quieren subir su nivel, la mayoria de veces es muy fácil. Pero hay muchas que no sabes bien qué. Aunque preguntes.
No sé cuánto tiempo seguiré de profesor de esquí, espero que unas cuantas temporadas más. Lo que sí sé, es que me cuesta mucho y a veces no consigo es en una hora enseñar a esquiar, a la vez que el cliente disfruta, y todo es genial, tener respuestas para mil preguntas.... Fui tan burro que me creí que en una hora se podían hacer maravillas. Que nadie se engañe. Se puede, de hecho me ha pasado, de vez en cuando pasa. Lo complicado es hacer aparecer la "magia" con todos tus clientes. Debo echar de mi cabeza a ese monstruo ético que llevo. La verdad que hay días que no ayuda.
Bueno... ya os he dao la paliza un rato. Ya queda menos para que nieve.
Neu pols, tot obert.