Yo Antonio poco o nada que decir más que "Amén" a lo que acabas de explicar.
Os dejo abajo dos vídeos. El primero musical para "amenizar" el ambiente mientras se lee y el segundo para "despejar" la mente después de la lectura y que se le caiga a uno la cabeza al suelo.
Y es que es fácil de entender que a pesar de que sí se necesita mano de obra cualificada para el desempeño de la profesión, ésta cualificación dentro del ámbito al que pertenece no es necesaria la de más alto nivel sinó más bien al contrario. Por lo tanto es perfectamente entendible que dentro de un período determinado y lógico se tuviera que homologar momentáneamente a personas que no se adecuaban estrictamente a los nuevos criterios y que por afinidad (afinidad me refiero a que son del ramo deportivo, como inef o tafads o rastafaris varios ) con el ámbito pues entraban perfectamente previa formación específica como puede ser un colaborador sumada a la experiencia, que en éstos casos vale un Imperio. Porque estamos hablando de personas y personas que se sustentan mejor o peor de un trabajo. A veces se nos olvida un poco esto.
Por otro lado hay una cosa que no entiendo nada bien por parte de algunos empresarios. Que sí pero que no. Entiendo perfectamente que se diga "oye que esto no está regulado y claro aquí puede venir cualquiera a hacer el cafre". Pero no entiendo esa necesidad de que esté regulada la actividad; si por ejemplo lo más básico, que son las titulaciones y las capacitaciones que otorgan ya lo están; de forma que especifique todo. Porque esto es una navaja de doble filo. Y es que sí, te puede escuchar el político de turno (que más que escucharte es manipularte y que le venga de cara la cuestión para sus intereses, o de partido, de amistad, o de carambola política) y hacerte una ley, ordenanza o como tenga que llamarse ese conjunto regulador. Pero en eso te puede montar un pifostio tan encorsetado que no te deja vivir ni a ti, ni a la mitad del ramo. O que por esas casualidades de la vida, unos sean más iguales que los otros.
Y es que no lo entiendo porque existiendo ya la regulación sobre las titulaciones, si alguien es tan "valiente" de abrir una escuela con personal sin titulación específica de esquí ninguna, y reventando precio, se está cavando un poco su propia tumba y no tiene mucho sentido gastar excesivas energías, reuniones con esto. Algunos dirán que eso provoca mala imagen al resto del colectivo. Y yo pienso que eso en lugar de ser un inconveniente, es una ventaja (grande y gratuita) para los que sí tienen los deberes bien hechos. Y más con los foros modernos de hoy que te pueden poner de vuelta y media rápidamente. ¡¡O lo contrario!!
Luego, me parece muy bien que alguien del calibre de Antonio venga y diga "oye, esto ha ido así, está así, hay unos acuerdos, existe una legislación hasta aquí, se viene de tal sitio y se está en otro" para dejar de confundir al personal (clientes) con historias subversivas de clases piratas, tíos sin titulación, falsedad documental, etc, etc, etc.
Pero entre nosotros, y aunque me sepa mal que lo lea el público, ya nos conocemos todos y como ya he dicho más arriba, hay centros de formación y centros de formación. Luchan entre ellos en desigualdad ya de inicio, unos porque son privados (o semiprivados) y otros tienen subvenciones fuertes. Pero esto plin, en un momento dado.
Volviendo a la libertad de elección, competencia, etc, etc, me parece muy bien que haya centros facilones, que no son para nada estrictos con sus pupilos, les aprueban y tal, porque luego si esos titulados no encuentran trabajo o aparecen ofertas de trabajo dónde se pueda leer "abstenerse titulados de tal centro" (como se ha visto por ejemplo con ingenierías de universidad a distancia u otras especialidades), éstos centros perderán automáticamente su credibilidad. Este mecanismo es el más sencillo, barato y efectivo a la hora de "reprimir" ciertas actitudes de estos centros. Es mucho mejor que el de buscarle las cosquillas al señor director, a sus formadores, a los políticos de turno o a la comisión que se encargue de temas deportivos, instancias, abogados, etc, etc. Es decir, el mercado manda. Y aquí hay dos mercados. El de turistas y el de profesores. Ojo al dato. Aunque también tiene sus imperfecciones, pues no siempre uno sabe quién le estaba enseñando qué a quién, en qué años, etc, etc. Por lo que pueden pagar justos por pecadores.
Sea como sea, en última instancia quién debe velar por la calidad, imagen, o diferenciación del producto que vende son las propias escuelas. Y ahí cada uno que utilice la fórmula que mejor le parezca. Y no deja de ser diferentes expresiones, pues uno se expresará mediante el precio (alto-medio-bajo), otro con sus indumentarias, otro con el local, otro con su web, otro con sus profes, el de más allá vendiendo puerta por puerta en la gran ciudad, buscando contactos en el extranjero, etc, etc. Y cuando uno está en un país libre, tiene la libertad de expresarse (entiéndase también de empresa), dentro de un marco lógico y aunque aquí falte una parte del marco (léase legislación específica de las escuelas de esquí), y tiene la libertad de elección, se ven multitud de estrategias, unas más funcionales y otras no tan funcionales. Pero todo el mundo tiene la oportunidad de hacer, deshacer, comprar, vender, más así o más asá. Y a pesar de que aquí falte una parte de ese marco, el que tiene la libertad de comprar aquí o allá se preocupará mucho de comprar bien si a la primera se la meten. Y el que vende, se encargará muy mucho de explicar bien lo que vende, sobretodo si lo hace bien, pues ahí está su diferenciación. Así que entre tenderos, aparte de vigilarse, esa vigilancia debería llevarlos a asumir diferentes estrategias. Algo que no siempre se ve. Y ahí está la cuestión, ¿cómo puede diferenciar el cliente entre iguales? ¡¡NO puede!! Difícil competir así y más difícil elegir.
