Freestyler dixit: "Y yo consiero que no vale todo si no sabes todo.... y ese estilo que ciertos profesores o esquiadores no es que no me valga por ir a la moda, es que la moda suelen ser evoluciones que siguen ciertass motivaciones, como pueden ser:"
El modo de citas no funciona, ta el foro hoy un poco roto. Je!
No estoy de acuerdo. Si no sabes todo, tienes que aprender. Y de la misma forma que el movimiento se demuestra andando, a esquiar se aprende esquiando. Te habla un autodidácta que ha necesitado de la ayuda de mucha gente, por lo tanto no he sido tan autodidacta, pero te puedo hablar de la perspectiva del "ni puta idea".
Cuando servidor entró a trabajar en una estación, se caía por la verde dirección al curro. Al principio me caía dos-tres veces en menos de 500 metros. Pero pronto fui el mejor esquiador de la cuadrilla de inútiles. Así que me enchufaron llevar el saco del pan. Ya no me caía pero con el saco de pan volvía a darme algún fostión. ¿Resultado? Pan rodando por la pista. Las risas se oían desde kilómetros. Recuerdo también que el primer día de curro fue el último día en caerme al subir o bajar de una silla. Pasé tanta vergüenza y me dolió tanto la cabeza que decidí no fostiarme nunca más. Hasta hoy.
Recuerdo la velocidad supersónica de final de temporada, gracias a unas botas que conseguí comprar a buen precio con un dinerillo ahorrao. Yo iba tan contento, con los palos a la virulé, el culo patrás y mi survival skiing. Pero pronto me fijé que los pisterikos mu chulos ellos iban sin palos. Así que opté por probar. Las tortas venían más a menudo que de costumbre. No sé que pasa que mira que llevo años esquiando pero a lo único a lo que no me acostumbre es a los fostiones. Así que empecé a colocarme mejor encima de los esquís.
Al año siguiente, me agencié unos esquisiles. De 185cm no fuera caso de pasarme de largo.
Unos Kneissl, que aquí no conoce ni sup.... Y claro, había que buscar ir al canto, extensión-flexión, etc, etc. Que si las piernas así, que si las piernas asá. Recuerdo una morenaza, guapísima, que me daba algún consejillo. La moza había dao clases y sabía cuatro cosas. Así que me contaba algo a su manera y yo me iba a mi pista de pruebas. A fostiarme más. El resumen era que yo iba retrasado, demasiado al interior, y buscaba algo que no sabía lo que era. Lo que aprendí rápido fue que si iba cómodo, suave, fácil y no me fostiaba es que lo había hecho bien.
Y probé, busqué, me caí, me levanté, volví a probar, me volví a estampar, nieve así, nieve asá, que si "tú no tiene rrritmo", que si el Solo Nieve dice que asá, que si fulano le ha dicho a mengano que mejó equiamos así,... Así pasaron las temporadas y como el menda no se podía pagar el esquí si no era currando en una estación porque entonces es gratis, pues sólo esquiaba ratos libres que eran muy muy pocos y los dos días libres o en su defecto uno. Como cualquier turista. Pero yo era un turista avanzado pues viví allí y respiraba el mismo aire que los supermanes con chapa de la EEE.
El niño se hizo mayor y un gurú de las pistas dónde curraba, tan pasao de vueltas que ya no esquiaba de lo harto que estaba el hombre de esquiar, fíjate!, le contestó a un compi daopolculo de esos que tenemos en el curro. Éramos cuatro y él "Masteroftheuniverseandseveraldimensions", pa´breviar con los colega "Masterofpuppets".
La pregunta era cuál de los cuatro le gustaba más como esquiador. Y contestó que era yo, y no por el nivelazo. Así que todos así
Este tío fuma algo raro y no nos ha invitao.
La palabra fue "plástico". "Su forma de esquiar es plástica. No tiene una forma definida, se le nota que busca cosas y le pasa de todo." Me lo tatuaría todo pero no me cabe, así que no llevo tinta en el body.
Por dentro me reía cosa mala. Este tipo de preguntas siempre me han parecido un pelín tontas y depende mucho de cómo se plantee la situación. Es como decir, vamos a sacarnos las pichillas a ver quién la tiene más bonita. Una tontería como un planeta de grande. Volviendo a la nieve, recuerdo que por aquel tiempo yo intentaba grabar mentalmente mis bajadas y recordarlas subiendo a la silla solo, o bien por la tarde mientras me fumaba el Solo Nieve. Y tengo aún presente las sensaciones de esas bajadas. Eran como la Rambla de Barcelona. Allí pasaba de todo. Y había soluciones pa tó. Había ya dejado de caerme varias veces al día y ya sólo me caía cada tres días. Eso sí, ya no eran diez miniostias al día. Era la madre de las ostias cada tres días.
También recuerdo que mi memoria mejoró, y no se ría naide que lo mío me costó. Recuerdo que un colega, con el que hice una bajada, lo comentamos por la tarde en casita, birrita en mano y pan de payés con embutido de mirinda. Y recordé mi bajada de pé a pá. Veintisiete giros exactamente. Mientras iba recordando iba contando. El compi se quedó de piedra. Tú tío, tu tas pa´ncerrá! Y asín el que aquí os escribe pudo de recordá las good sensations y de borrá las bad sensations.
Y un día, cayó un libro de un tío mu raro, mu pofesional, que ponía en la tapa "Esquiar con los pies". Y aquello fue ya la revoltion.
El resumen, y realmente lo que quería decir (pasa que me mola daros la brasa con chapas gordas), es que hay que probar, probar, probar y probar. Y si te caes te levantas. Y si te rompes te vas al médico a que t´arregle. Hay que probar todo lo que se pueda, te quepa en el coco y el body te deje.
Neu pols, tot obert.