Hola a todos, soy completamente nuevo y no se si es el "sitio" para presentarme, pero si me equivoco me avisais y en paz.
Lo primero un saludo a todos los que, como yo, estais "enfermos de la nieve".
Me gustaría aportar mi pequeña experiencia después de leer las opiniones sobre este tema.
Llevo esquiando, bueno, mejor dicho, disfrutando de la montaña (porque yo creo que es un todo), más de 20 años y creo que he visto un poco de todo lo que se comenta aquí.
Para ubicarnos decir que he sido asíduo de Formigal y en los últimos (muchos) años de Baqueira.
No siempre he tenido oportunidad de recibir clases, sobre todo en mi época de estudiante, con lo que una parte de mi formación es un poco autodidacta, de esquiar con gente con más nivel (y pasar "miedos y peligros"
, pero en cuanto podía intentaba coger un par de horas...que nunca tuvieron buen resultado. Llegué a la conclusión que ese tipo de clases no deben merecer la pena a los profesores (siempre he acudido a la EEE), porque al final me encontraba con que me soltaban un rollo, en muchas ocasiones ni siquiera técnico, y me daban un paseito por sitios que ya conocia. Esto hizo que de alguna forma me resignara, y a la vez me resistiera a volver a coger clases.
Hasta que, coincidiendo un día en una silla con un tipo muy simpático, me contó que él hacia cursillo todos los años para poder esquiar con gente de si nivel y que seguía aprendiendo. Decidí probar.
Me encontré que el anterior cursillo en el que había estado había sido un C hacía 18 años!! y de repente estaba en un E/F con una mezlca muy interesante de gente de 20 a 50 y muchos, y con un profesor que me ponía las pilas precisamente en lo que me hacía falta, detalles ténicos, corrección de malos vicios...y esquiar a saco. Desde entonces he repetido cada año un par de veces, pues me permite mejorar, desfogarme, aprender mucho y conocer gente con la que esquiar en mi mismo nivel. Aún asím, recuerdo una experiencia similar a las que se han contado uno de los cursillos. Nos negamos a esquiar con el individuo en custión abandonándole en una bajada, quejándonos y luego nos dijeron si poníamos una queja formal lo echaban de Era Escola por acumulación. Nos dió pena y no lo hicimos. En total eh tenido 6 o 7 profesores distintos, todos excelentes profesionales, cada uno con sus caraterísticas peculiares, desde Campaneta a Juanma Pava, Andres Pava, Jordi Galindo o Carlos Barragán (enciclopédico este último), y los cito expresamente por el buen recuerdo que guardo de ellos, ha sido como ir a esquiar con amigos. No recuerdo los nombres de todos, pero les sigo saludando cuando les veo.
De todo esto he sacado que:
1. No todos quieren dar cursillos de grupos, ni de cualquier nivel. Hay mucho señorito que sólo quiere acompañar a pedorras-modelitos por las pistas, mereciéndose que les pase cualquier cosa desgradable como lo del guante (no digo que ese fuera precisamente el caso). Además de esquiar muy bien hay que saber enseñar, y sobre todo, QUERER enseñar. Y la diferencia se nota. Es muy distinto tener que dar un F a un grupo cañero que moñear con un grupito de amigas pasando la mitad del tiempo en la cafeteria, y conste que me parece tan importante saber transmitir la confianza necesaria durante la cuña, como saber llevar un grupo fuera de pistas todo el dia.
2. Tanto impresentables como buenos profesionales hay en todas partes, independientemente del supuesto pijismo de la estación. Aquí tengo que aclarar que mi "religión" me impide ir a Baqueira tanto en Fin de Año/Reyes como puente de Inmaculada o Semana Santa, que es cuando más mola dejarse ver y lucir la marca de las gafas.
3. Hay que decir las cosas, tanto buenas como malas. Ahora suelo preguntar qué profesores dan el cursillo, y cuando no me gustan (ha sido el caso de mis hijos una vez y de mi mujer otra) lo digo y pido un cambio o cojo otra escuela.
4. Da igual la procedencia o nacionalidad, pero es verdad que las costumbres culturales pueden influir, asi que , FUNDAMENTAL, QUERER aprender y tener mentalidad abierta, no todo el mundo enseña de ña misma forma. Aunque he tenido alguna mala experiencia, no creo que los argentinos en particular merezcan ninguna mala fama.
5...seguro que me dejo algo, pero me acabo de dar cuenta del ladrillo que he soltado. Sorry
Buenas nieves a todos
juas... bueno, las anécdotas groseras las cuento en otro sitio..)
