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cristina
Enviado: 09-01-2003 07:54
Decid que no habéis sentido miedo, alegría, frío, calor, que no habéis pasado por buenos y malos momentos; que en ocasiones no os sorprendió la nevada o la lluvia; que vuestros ojos no han visto bellos amaneceres y rojos atardeceres; decid que el sol no ha quemado vuestra piel; que no habéis añorado una cumbre; que no valieron la pena los madrugones, la sed, el hambre; que en la montaña no encontrasteis la paz, el equilibrio que en la ciudad no erais capaz de hallar; que no disfrutasteis tanto de los amarillos del otoño como de los verdes de la primavera; que cuando veíais las cumbres nevadas no deseabais coronarlas; que con cada paso no os acercabais a lugares ni tan siquiera imaginados; que vuestra fuerza, ilusión y dinero no lo empleasteis en un viaje soñado. Y cuantas veces habéis contado a las rocas vuestros problemas y que con cada paso dado en ellas los ibais dejando atrás. Contadme que vuestras manos no se cortaron con el hielo, que no se quemaron con el granito, que no se enfriaron con helados vientos ni fríos manantiales. Pensad cuantas veces cerrasteis vuestros ojos acurrucados en los sacos, con la inquietud del tiempo que haría al día siguiente; que no empeñasteis con vuestro aliento las ventanas de los refugios viendo una ventisca; que quien marcó vuestro tiempo no fue el reloj, sino el alba y los crepúsculos, la luna llena, los deshielos el invierno, los colores de la primavera, las monótonas chicharras de tórridos veranos, las granadas, membrillos y almendros, los nítidos otoños; que en la montaña no habéis encontrado grandes amigos, amores y enemigos; que en los incómodos vivacs no habéis aliñado la ensalada de la vida con el miedo y el temor.
Quizás habríamos de recordar también a tantos otros momentos, gentes y situaciones: A esos que se compran antes los estribos que los pies de gato. Al que está en la cumbre del Torreón cuando se acerca una tormenta eléctrica. Al que sobrevive al alud y al que lo provoca. Al que se le acaba la bombona del camping-gas y al que se le olvida el mechero. A Joe Simson porque por su culpa ahora los escaladores llevan navaja. Al que lo llevan y al que lo “traen”. A los que bajan los tiempos de las escaladas pero son incapaces de abrir una vía nueva. A los sin casco por su supuestas habilidad a esquivar las piedras. Al aventurero de verdad y a los que practican deportes de aventura. A esos que gastan el dinero de un “aliens” en comprarse varios clavos. A los que abren y a los que no se atreven pero critican. Al que se lleva la linterna sin pilas y los crampones sin ajustar. A los que se gastan en botas carísimas, para luego hacer lo que otros realizaron ya mucho tiempo atrás con botas prestadas. Al montañero ciego y al que escala “a ciegas”. A los quebrantahuesos del pirineo, las cabras de Gredos y los Arruis de Sierra Espuña. A los que se conocen en la montaña y a los se odian en ella. A los que auxilian a un desconocido y a los que por su torpeza matan a un amigo. A los que siguen sin pagar la gasolina en los viajes. Al que ronca en los refugios y al que le huelen los pies. A los que mienten con supuestas escaladas y a los que realizan grandes azañas en silencio. A la ilusión del que descubre y la indiferencia del que le enseñan. Al que no llena la cantimplora en la última fuente y la próxima está seca. Al que toma barritas energéticas mientras los demás saborean embutidos. Al que se juega el físico para robar un mosquetón olvidado. Al que rapela los cordinos del pánico para no dejar material. Al que compra cuerdas de segunda mano. A los que machacan paraboles y los que roban descuelgues. A los que tiemblan por la emoción de una cumbre y al que tiembla pensando en el descenso. A los que aman a las montañas y a los que encuentran el amor en ellas. Al que pierde los dedos y luego aprende a tocar el piano. Al que siempre tiene excusa para no ir de primero. Al que se lleva la misma sopa para todos los días de la expedición. Al vanidoso que nunca le reconoce el “mérito” al segundo de cordada. Al que en Picos de Europa sube al pico “Cabrones” con sentimiento de culpabilidad. Al que se retrasa en el grupo para que no le toque abrir huella. A Bonati por la honestidad y honradez que le dio a este deporte. A los que escalan como un rayo y a los que sobreviven a la caída de uno. Al que pega mocos en las reuniones. A los que de verdad la montaña es su vida y a los que se apuntaron a esto por moda. A los que escalan con magnesio, mallas y el torso desnudo para hacer 4º. A Hillary por salvar el escalón que lleva su nombre en el Everest pero que se apoyó en una barandilla llamada Tensing. Al que sube con botas de plástico y goretex y que se encuentra al pastor que baja con chaqueta de pana y botas de agua. Al que prefiere la bota de vino a la cantimplora.
Y a todos y cada uno de vosotros.
J.Herrera.
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rodrigo
Enviado: 09-01-2003 09:38
"no pretendo hacer apología del montañismo ni usar el papel del moralista mas mi tarea quedaría incompleta sino puedo ni atisvar la pétrea formación de valores que de mi han heho tan inhóspitos paisajes. Nos complacemos de la regeneración física que son productos de nuestros esfuerzos, nos exaltamos de la grandeza de los paisajes que se desenvuelven ante nuestros ojos, el esplendor de un amanecer, de un atardecer, lagos, valles, bosques; mas en todo quedan esculpidas en nuestro interior como la contemplación individual de lo sublime"
Baste un fragmento del texto de Whymper para señalar a cuan bajo estímulo queda la literatura en las montañas. Antaño ( y no tan lejos) el ir a la montaña era algo asi como una exigencia del espíritu que rodeado de tan infranqueables terrenos se ponia ante si mismo, ante el silencio; en la eterna búsqueda de completud o sin mas la búsqueda de si mismo por distintos lares que no reflejan en cierto aspecto el contexto socio-cultural, en la ausencia del tiempo. Pero hoy alimentados por la Desnivel, bajo el influjo de un marasmo de marcas qu no hace mas que crear arquetipos de montañeros sin mas... Vengo a señalar esto porque creo que nos pasa a todos que te encuentras en un refugio y solo oyes a gente hablar de material de pasos técnicos que posiblemente nunca seran capaces de superar. Tan solo agradecer el texto que has puesto pues que la vivencia se cuente como es y no en el material invertido para conseguirla. Por una montaña ma existencialista y menos esencialista y quebrantada
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chuchin
Enviado: 09-01-2003 12:13
¡Cuanta verdad hay en vuestras palabras! smiling smiley
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zoom
Enviado: 14-01-2003 18:48
También hay otra manera de ver el material menos amarga que la que se desprende de vuestras palabras. El material moderno de escalada va de la mano con los nuevos logros.
A menudo se trata de objetos muy bien pensados. La montaña va a ser estricta con ellos (con los que se utilicen, al menos), y los que no funcionan bien desaparecen del mercado o evolucionan en uno mejor. Cuando su aspecto refleja su utilidad (y no las modas del momento) son, además, bonitos.
A mí un "friend" me parece una pequeña obra de arte. Es fruto del trabajo y del ingenio, y de poderosas inquietudes de hombres que quisieron escalar más alto. Ese objeto materializa parte de esas inquietudes, es un reflejo de ellas. Y, a su vez, las alienta. Es un trofeo, una batalla ganada. Y a algunos nos permite soñar con batallas de esas.
No hay que rendir culto al material. Pienso que el error está en tener la ilusión de que el material por sí solo nos hace más capaces de alcanzar algún logro sin depender de nuestra actuación. El que cree que ha ganado antes de jugar es un necio o juega a algo absolutamente banal. Y esa ilusión acaba en un chasco. O en un sueño de esos que no se cumplen, un sustituto de la acción.
El que no juega no gana. Pero sin material no vas a poder jugar. No al mismo juego, al menos. No con los mismos horizontes que esos objetitos nos han abierto y por lo cual les quiero (hay que ser agradecido) rendir tributo.
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Chema
Enviado: 15-01-2003 14:14
pulgar arriba pulgar arriba pulgar arriba pulgar arriba pulgar arriba
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chuchin
Enviado: 15-01-2003 14:42
No inventamos nada, no somos tan diferentes y ni siquiera ¡oh cielos! mejores que los demás. Al final tendremos que aceptar que en la vida no siempre se puede ganar, pero sí jugar. ¿Jugamos?.......
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Hubi
Enviado: 28-01-2003 09:23
Madre mia si parece el saco del Papa Noel montañero smiling smiley Hay cosas muy bonitas en el texto aunque lode pegar los mocos en la reunión risas Yo una vez me encontre algo mas gordo sorprendido risas En fín de todo un poco lla verdad. Cuantas cosas tenemos en las montañas y con cuantas interactuamos bien,mal ó regular. Muy interesante y crítico. smiling smiley
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