Buenas a todos,
Últimamente, y cada vez más, no paro de oír (y leer) gente preguntándose cuáles son los mejores lugares para el frirai en la Península, y la verdad me sorprende que el pequeño GRAN centro invernal y de montaña de Tavascán no esté siempre el primero de la lista. Como acabo de volver de pasar allí tres días (del martes pasado por la tarde al viernes 12), os voy a dejar este pequeño répor para que los que no lo conozcan aún se animen a conocerlo, y que los que ya lo conocen levanten el culo de la silla y empiecen a empaquetar los trastos.
Tavascán no es el típico "resort" de esquí. De hecho solamente cuenta con una silla y un par de remontes más, y pistas como tales tampoco tiene muchas, pero tampoco las necesita. Aquí no se trata de seguir la huella de una máquina, sino de crear tu propia huella.
En la base tampoco debemos esperar una urbanización masiva, tan sólo encontraremos un edificio que sirve de taquillas, alquiler, punto de encuentro para la escuela, centro de socorro, bar restaurante y refugio de montaña. En cuanto al refugio, sin duda el que más comodidades tiene de todos los que he conocido: habitaciones amplias y cómodas, todo limpísimo, agua caliente y duchas, enchufes a tutiplén para cargar nuestros endemoniados cacharros, taquillas, guarda esquís y una cocina excelente. Y para colmo se llega con el coche casi hasta la misma puerta, difícil pedir más a un refugio de montaña que casi parece un hostal más que decente.
El martes a nuestra llegada aún no había empezado a nevar en condiciones
Y por supuesto unas vistas y un entorno de alucinar...
La (bendita) silla facilita mucho las cosas al subirnos desde los aproximadamente 1.780 metros sobre el nivel del mar hasta los 2.200, cota máxima del remonte pero no de las montañas que nos rodean. Una vez que sales de la silla en la estación superior (tiene una intermedia para quien no quiera bajar hasta la base tras cada "tirada" ) se abre un universo de posibilidades donde la propia pista se antoja casi la última. Tanto con diagonales como con paseos cortos (entre 15 minutos y una hora) las opciones son infinitas. Y si el tiempo acompaña y se está dispuesto a caminar algo más, los valles y circos adyacentes son también un paraíso con líneas de todo tipo y color.
Nosotros hicimos con las pieles un par de palas dentro del mismo valle de la estación, ya que estuvo nevando o tapado prácticamente todo el rato salvo una ventana el jueves por la tarde.
El personal de la estación, del refugio (Esther y Montse son de 20 sobre 10) y los lugareños, de ese tipo de gente que hace que te sientas como en casa. O mejor dicho, que no quieras volver a tu casa y quedarte allí para siempre
Nuria, una de las píster, pendiente de los debutantes.
Dimitri, otro de los píster, subiendo a una de las palas cercanas al reenvío de la silla a comprobar el estado de la nieve
Y por supuesto nieve, incluso en un año malo para la península en general en Tavascán estaban logrando salvar la temporada. Nosotros tuvimos suerte ya que el domingo pasado nevó un palmito y los tres días que estuvimos nevó todos, más el martes que el miércoles o el jueves, y ya el viernes fue apoteósico con una nevada de 8 horas que sin duda habrá dejado todo a tope para disfrutar. Os dejo algunas tomas de "acción" en el polvorón tavasqueño.
En acción el amigo Jan Erik Blomberg, guía finlandés de paso por Tavascán, esquiador profesional, videógrafo y buena gente
Y por mi parte eso es todo. La última vez que lo miré la previsión decía que mañana domingo paquete de nieve fresca y frío de nuevo así que no se a qué estáis esperando, corred malditos!!
