Mi mejor momento, por mezcla de alegría y de frustración, fue el año pasado, semana santa, en Les Arcs. El primer dia fue un desastre absoluto, no conocíamos la estación, no había mucha nieve y se nos ocurrió irnos a las partes más bajas. Cogimos la pista "solliet" (o algo así), una roja que tenía buena pinta en el principio, pero que después se convirtió en una tortura, con bañeras como camiones, barro, tierra, piedras, hierba... Mi novio se pegó tres leches de campeonato (en una de ellas perdió un esquí monte abajo) y se fastidió una rodilla. Terminamos el dia como pudimos y su rodilla estaba peor, visita a la farmacia, reflex, etc etc. Encima, las botas recien compradas, fastidiándonos los pies.
Segundo dia, a mi novio, muy chulo él, se le ocurre la genial idea de que nos tiremos por una negra (nunca nos habíamos atrevido). Intentamos persuadirle entre todos, sobre todo por como tenía la rodilla, pero nada, se encabezonó y se tiró para la negra. Yo tenía miedo por él pero cuando ví aquella cuesta, tuve miedo por mi, la verdad
. El caso es que empecé a bajar, y la cosa no fue nada mal, hasta que un enano que no medía mas de un metro, empezó a cruzárseme constántemente. Yo me iba al otro lado de la pista, y él me seguía y se me ponía delante. Al final, entendí el verdadero sentido de los cascos para la cabeza en los niños, porque en un ataque de furia y de miedo, me puse a pegarle bastonazos en la cabeza al chaval para que se quitara, ante los gritos del padre (en francés, así que no importaba mucho
). El chaval entendió la indirecta y pude bajar el resto de la pista con tranquilidad. Fue el momento en que le perdí el miedo a las negras, y se lo cogí a los enanos con casco
Un saludo!