Es decir ¡tus muertos!
Te digo eso porque has vuelto a la casa de tus antepasados, lo que los romanos llamaban los penates.
En tus genes (que hoy se llaman ADN) hay genes de la Alpujarra y también del Ripollés en en Pirineo Catalán.
Has de saber que tu progenitor, hizo ese viaje que cuentas cuando estudiaba segundo de derecho. Me fuí con un compañero y amigo, desgraciadamente fallecido en accidente, para enseñarle la tierra de nuestros penates.
Nos instalamos, a petición suya en el mísmisimo cementerio de Trevélez, que estaba en el margen derecho del río, bajando una vereda que sale desde la misma Plaza y enfrente de un delicioso molino.
El hombre estaba obsesionado por los cementerios. Cual un Espronceda cualquiera siempre quería ver los fuegos fatuos, que decía que son los que produce el fósforo de los huesos.
Nadie nos llamó la atención. La señora del molinoque conocía a toda nuestra familia nos daba de comer ese indescriptible cocido, sin carne, sin huesos y sólo con garbanzos, judías verdes y patatas nadando en un caldo blancuzco, donde una vez hubo un hueso y se intuye la presencia del tocino rancio.
Eso es lo que comió tu abuelo de pequeño y sus ¡trece hermanos! todos los días del año, menos el día del patrón que les hacían un huevo frito.
Tu bisabuelo Miguel fué maestro de Mecina, pero era natural de Bérchules, y estudió la carrera de maestro cuidando ovejas y cabras.
Tu tatarabuelo Pepe, cuyo nombre llevo con orgullo fué cartero de Bérchules, hasta que como no le hizo la reverencia al cacique de turno, se tuvo que ir también....a cuidar cabras y ovejas. (¡A quién le habré salido!)
Tu bisabuelo-tío, el tío Manolico era animañero. Vivía de cazar con trampa zorros y gatos garduños cuyas pieles vendía en una peletería de la calle de la Colcha en Granada.Hoy por mor de lo de los parques nacionales-naturales, sería un delicuente...
En fin que en nuestra familia, como en la de Wilhelmi hay hombres de leyes, arquitectos (eso espero pronto) y sobre todo pastores, de los de ovejas, porque de los de almas, hay la tira..
Yo ya no estoy para cabras, si acaso para cabrones, pero tu ya puedes ir dejando lo de la informática y buscándote un rebaño por la Alpujarra, eso parece que tiene futuro, y sobre todo volverás a la tierra de tus antepasados.
Un abrazo