Este es un fenómeno que ocurre sobre todo con los esquis de gama alta (en mi opinion) porque estan diseñados para conducir el giro hasta el final de la vuelta y por ello la cola tiende a "engancharse" cuando quieres derraparla y hay que tener "tacto" para controlar ese efecto.
Lo del tacto no es fácil de explicar, porque para mi tiene más que ver con sensaciones propias que con movimientos técnicos. Pero lo podría intentar resumir como saber jugar con la presión que ejerces sobre la parte trasera del esqui al cargar sobre el talón al final del giro. A ver si consigo desembrollar este embrollo...
Para derrapar, lo que buscamos es poner los esquis más planos sobre la nieve, para que el canto agarre menos y haya un desplazamiento de los esquis transversal a la trayectoria. Lo que ocurre es que no ponemos el esqui totalmente plano, si no que el canto sigue mordiendo la nieve pero menos. En esta situación si el esqui esta orientado a la conducción, seguirá conduciendo, aunque menos, y esa es la sensación de que se engancha. Es como si el canto se negase a dejar de morder la nieve. Para evitar eso, y es lo que yo entiendo como tacto, hay que jugar con lo planos que pongas los esquis. Piensa que si los pones totalmente planos sobre la nieve el esqui derrapará perfectamente por mucho carving que sea. Se trata de jugar con la "mordedura del canto". Si ves que se engancha, aplana un poco más los esquis. Si ves que deslizas demasiado rápido lateralmente (derrapas demasiado) "muerde" un poco más con el canto.
De todas maneras, en los esquis de gama media baja, esto no ocurre, pues estan diseñados para facilitar el aprendizaje, en el que el que derrapaje sigue siendo una herramienta básica. Suelen tener una espatula anchota para el esqui entre fácilmente al principio del giro y la cola está diseñada para que derrape fácilmente, al reves que por ejemplo los de competición, en los que se busca la maxima conduccion y el máximo agarre.
Espero no haberte liado más de lo que haya podido aclarar
Salu2!