Hola de nuevo, pol aquístamos de tarde sabadina pa contá lo que nos acontesió en er quinto dia daventuras ustriascas. La verdá é que despué de los estresses der dia anterió, der joe joe de si íbamo o no íbamo a Sarburgen, de la nevá y la condussión esperta de CarolSains sobre la carretera shena nieve, y la sena-jorgorio a cuenta de la pobre madre fundatrí, vamo, la der cuadro, ettábamos adestrosao totasmente. Norecuerdo bien si fue esa noshe o la anterió, cuando se organisó una fietta pijama en er apartamento númber guan. Me vai a perdoná pero tengo la cabesa mú perjudicá shá por tanto marujeo y me bailan las feshas. De la fietta pijama no tengo afotos polque me bajé la cásmara de vidrio en vé de la otra, pero tengo que contá que fue mesmorable la afoto que jisieron con tódió subio en la cama. Sus puedo asegurá que é la cama en la que he estao con má gente. Sobre tó con tanta mujere. De jesho, tuve un momento románstico-sersuá con er culo de la quione, que anresurta que como había tampoco espasio en la cama, pues esha tuvo que situarlo jutto ensima de mi mano, y como pa mí é argo tan naturá lo de tené un culo en la mano ettando en una cama, pos ni me cosqué, meno má que la posbresisha se quejó ar cabo dunrato y me dijo esducásdamente y con musha sensibilida y finura “coño mega, deja de tocarme er puto culo shá!”, con lo cuá contribushó musho a tirá pol lo suelo mi imagen de mariquita ideá de la muerte, polque claro, luego arguno pensaría, si si mariquita, pero mira como mestía mano. Y eso a una le resta púsblico potensiá.
Er caso é que er quinto dia, despué de tantas emosione, mi marío hasta despertó cantarín, tan contento por habé pol fín conosío la siudá de su pelíscula fasvorita. Sho le escushaba ahí canturreando en laoscuridá der cuarto, y cuando ensendí la lú pa levantanos me shevé un sutto de muette, mirá mirá quien ettaba en mi cama:
Coño sha con las trasfigurasione, que pol mu contento questuviera mi marío con la leshe de habé visitao Sasburgo, a mi la Yuliandrius es que no me pone ná. Le tuve que meté cuatro o sinco armoadaso hatta que vorvió en sí mimmo y volvió a tená cara der marío de la mega, joé, que no puede empesá una er dia con ettos sobresartos y estos sinvivires.
Ese dia había que de madrugá polque íbamo a í a un lugá argo má remoto que lo acostumbrao. E desí, que en vé de crusá siete utopista íbamo a crusá diesiséis. Er osjetivo der dia era Gastein, una estasión grandesita, con varia montaña unida, pero unida de verdá con remonte, no con las mieldas esas de eskibuses ni treneleshes. Y como sanunsiaba buen tiempo, por fin por fin íbamo a podé de jasé una escursionsita de esa que deja de vé durante má de dié minuto er puto guevo por er que subiste desderparkin. Asín que deshasunamo y salimo pitando.
Na ma salí a la cashe sapresiaba la nevada der dia anterió, allí despositada en er suelo. La naturalesa, cómo é.
Ar lao de la tienda dondestaba aparcao er coshe, descubrimo a un presioso gatito ustriaco, con una cabesa comuna sandía, que ar prinsipio ettaba como miedoso y no salía de debajo de los coshes, pero que ar primé mimo se vino con nosotro y se dejó acarisiá y tó. Mirá mirá qué peaso gato
Austomáticamente nos viniero a la cabesa nuestros lindos gatito, que sabían quedao una semana solos en casa. Aquí sus pongo una foto pa que los veáis. Si é que una é maruja hatta pa presumí de sus gatos
Por el camino a Gastein, las vittas tras la nevá der dia anterió eran espestaculare. Tuve que dejá shá la cásmara porque la batería empesó a jasé guiño como de gastarse y todavía ni había empesao er dia
Y na má shegá, se desató er siguiente drama grupá. Aparcamo en BadHofgastein y había que cojé un tren de cresmashera, y luego un telesférico. La Caro dió order ar grupo de meá tós abajo, y la mega que é una mujén obesdiente, ar meódromo que se fue a sortá lastre y jasé su poguerpoin ligero. Junto con la mega vinieron a meá como un tersio de los escursionista.
Totá, que despué de la reparadora meada, nos metemo a presión pol la cresmashera der tren y empesamo a subí to empinao parriba. Cuando shegamo a la parada pa cojé er telesfésrico, osservo asombrá que otro tersio de los escursionittas se van pa otro váte que había ashín. Totá, que los esperamo, sin da musho crésdito a lo questaba pasando. Pa sí mimma, la mega pensó que podía habé sio cosa der cambio de presión ar habé subio tanta cuetta, que las vejigas subieran dilatao y lo que abajo no era pipí ahora de pronsto, dié minuto má tarde, sí lo era. La naturalesa, cómo é.
Y cuando pol fin shegamo arriba, aquesho ya paresía un sitio assto pasquiá, y la mega empesó a relajarse pensando en los inminente deslisamiento pol la nieve resien caida. Y en ese presiso momento, cuando la mega ettaba asprestándose las bota, escushó a arguien a su lao una frase que le heló la sangre en la vena: “oshe, esperá, que voy a meá”. Mira, a la mega, de la mimma desepperasión despué de habesse levantao a las siete la mañana y habé shá dao las onse y no habé de esquiao ni medio sentímetro, le empesó a ardé er cacco y a temblarle las piennas y a farfushá y eshá espumarajo pol la boca en un atasque incontrolable de la mimma malaleshe. Y asto seguido, cogió a su marío y se largaron eshando leshes montaña abajo y disiendo cosa mú bonita, fruto tó esho der calentón der momento, que nadie se sienta osfendío y que cada uno mee cuando le sargarshishi, pero la mega ettaba shá que no podía daguantá má. En ese momento sarrepintio de no habelse apuntao a argún máster o tesrapia de viajá en grupo o argo asín, que seguro que tiene que habé y que hubiera sio mú proveshosa.
Er caso é que con la espantá de la mega y su marío, se quedaron solos tol dia, y recorrieron la estasión enterita. La siguiente afotisho é de la silla letra osho, dedde la letra siete. Esa sisha der fondo é la que sube a la pitta H1, la fasmosa roja de catorse kilósmetro que le da la vuerta a la montaña y que luego sus contaré.
La estasión ettaba impresionante, con sonas pelás en la parte arta y sonas con árbole en la parte baja. Había un caminito presioso, la pitta H31 que basjaba hatta Angertal, mú rescomendable aunque había argunas sonas mú estreshas y congelá y shena de cadásvere de prinsipiante que a nusotro nos jisieron grasia pero los prinsipiante que ettaban por ashí descoñao no paresían etá riendose musho.
De la H31 salía la variante H32 (ettos también se quebraron la cabesa poniedole nombre a la pittas) que é roja, y que era una pasada. En la siguiente afotisho, mi marío, que iba con los pies mú jodios, bajando como podía la proselosa pitta
Ar shegá a Angertal nos pishamo la sisha 11 pa probá las peaso pittas que se veian ashí arriba, y no se cómo cogno lo jisimo que acabamo en la estasión intermeda dunguevo que bajaba a BadGastein, y ademá nos equivocamo y entramo pol la parte de bajá en vé de la de subí. Así que shá questabamos dentro y vimo caquesho iba pabajo en vé de parriba, pos nos espatarramo un rato y descansmo las sufridas canishas.
Ar shegá abajo, pol supuetto nos quedamo dentro der guevo pa vorvé a subí, y cuando er ustriaco encargao der shisme nos vió, se tiró comunaloca panusotro, que, acojonao, nos repantintamo par fondo der guevo creshendo que nos iba a meté unahostia. Er tio gritaba argo asín como “¡¡ carten carten !!” que no teníamo ni putaidea de qué era aquesho y ademá no teníamo cuerpo de cantá ná en aquesho momentos. De pronto, a su mente ustriaca se le pudo de ocurrí que no entendíamos ná, y entonse aquesho ojos robotisao cobraron vida y sus labio dijeron la palabra másgica: “ticket”. Coño ya, tanto aspaviento pa eso, joé, con er susto que nos había jesho de pasá. Nos arrebuscamos pol los pliegues ocurtos de la shaqueta pancontrá er flosfláit, y er tio se los shevó los dó y salió corriendo. Y a tó etto er guevo sin pará, pasando pol lastasión. Tu verá, maripuri, como ette cabron se queda con los flosflai y nos quedamo en braga los dó pol ettas montaña de dió sin una sola puertesita que se abra a nuettro paso. Pero no, er tio corrió comunagasela, pasó los flosflait por la masquinita de los cojone, y dó milisegundo ante de que puerta der guevo se serrara nos los tiró pol la rendija. Tu imagísnate, marilú, que er hombre no hubiera marcao nuetro paso por aquesha ettasión. Hubiera causao sin duda una paradosja espasio temporá que hubiera dettruido er universo, y a lo mejó hatta parte der estranjero. Agradesiito le tenemo que está ar robocós austriaco por su diligensia.
Una vé arriba der tó der guevo, aparesimo en el Sturkerkogel, o argo asín. Vamo, arriba der tó der picasho más arto de por ashín. Y pabajo había un troso de roja, y luego una negra y una asul. Como mi marío andaba renqueando con los pieses, me dijo que se iba por la asul y que nos veíamos abajo. Así que tiramo los dó hatta er lugá de separasión de las pittas, y por er camino nos encontramo con el asacotím, que venían eshos der mimmo guevo que nosotro ar paresé, y también iban pabajo. Así que menganshé con eshos pa bajá la negra acompañao, que siempre é má grato y má ráspido por si hay que avisá ar helicóstero. Er caso é que la cabesa prinsipá der asacotím se lansó en picao, shegó ar punto de separasión de las pittas, donde la negra seguía defrente y la asul a la deresha, y él tiró palaisquierda. Así que er primé encuentro der día con er asacotím, que no sería er úrtimo, fue fugás, polque sho quise de seguí pa la negra pa podé de shegá abajo ar mimmo punto que mi mario y no perderlo por esas proselosas montañas. Me despedí der asaco y me tiré pa la negra, que en realidá má que negra era roja oscurita, pero tampoco musho. Eso si, una presiosidá entre árbole, un poco dura, pero iguasmente fastruosa. Concrestamente, é la pitta B20. Desididamente, etta forma cojonera de shamá a las pistas no me jase ni pisca de gracia, joé, que parese que estamo jugando a los barquitos. Con lo bonitas que son sus “lapin” y sus “marmottes” y sus “cascades” de toa la vida de dió. Los franseses pa esas cosas lo jasen mejó.
Y etta é la mimma pista vista dedde la montaña denfrente, desde er guevo que sube otra vé ar prinsipio de tó.
Ya en esa sona, hisimos varias bajaditas por las rojas y asules, también por la H3, pitta fasvorita de Quione, y mientra subíamo y bajásbamo, las ondas andaban algo alterás. Nadie respondía a nuestras shamadas de arrespentimiento por habé pegao la estampía, y los único que respondían era Lavane y Max, y nos dijeron de bajá a comé abajo der tó ar parkin. Así que pashá que nos fuimos. Aquí, a la hora denganshá con la pitta de los catorse quilómetro desde la shegada der telesférico, se nos cayó otro misto ustríaco, que se nos volvería a caé má todavía ar dia siguiente en er glasiar. Cómo coño dise, Juancar, que en Austria no se rema? ein? pos aquí no solo había que remá, sino gateá la cuetta parriba comunagataenselo si quería de shegá a la pitta. La arternativa era un fuera pitta sheno de matojos, roca y sorpresita sin descubrí. La mega ostó por lo desconosío polque shevaba cacco, pero su marío se subió a pata la cuesta eshando las higaishas y mardisiendo a los putosustriacos que se les había ocurrío de desafiá a la gravedá presisamente ashí y no en otro sitio. De este evento tristemente no tengo afotos porque en el assidente que tuve con la cásmara, aunque conseguí rescuperá casi tóas, argunas pasaron direstamente ar hiperespasio de las fotos digitales y ashín estarán pusblicás las hijasputas polque no las he vuerto a vé má.
Ar shegá abajo, no se qué shosho había montao la Vane que ashín no había nadie. Ar rato la oímo desí argo de questaba en la pitta B12, é desí ar lao de la negra en la otra punta de lastasión. Mi marío y shó nos miramo y dijimo: “qué coño, vamo a comé”, que pa cuando la vane shegue aquí mis prospios jusgos gástricos habrán shá deglutío er estósmago próspiamente disho, der jambre que arrastrábamo. Y nos metimo en un sitio supermegahiperpijo, donde nos clavaron quinse euro pol un sanguich mierldoso, pero que supo a glosria bendita, así que mira, que sufra la visa que shó ettoy de vacacione.
Ar cabo der rato shegaron unos pocos más, Juanma y compañía, y se metieron en er correspronsdiente jute vesino. Eran las tré, y la mega se dio cuenta de que sabía quedao un jito impressindible sin cumplí en aquesha estassión, que era bajá la roja de los catorse quilómetro. Er marío de la mega se rindió totasmente y dijo que bajo ningún consesto iba a vorvé a meté sus pieses ashí dentro, ar meno por aquér dia. Asín que se quedó aparcao en er jute, y la mega instréspidas, sola en su soledá, se enganshó a la cresmashera der tren y tiró parriba, mirando de reojisho er reló pa shegá a tiempo. Er osjetivo era er tren, er telesférico, una sisha de séis y una de dó, y luego bajá los catorse quilómetro, tó esho ante de que sisiera de noshe, má que ná pa evitá que los buitre arpino tuvieran un festín de mariquita ibésrica esa noshe, que la mega, puetta a elejí quién se la ha de comé, tiene otras preferensias.
La mega shegó con la hora pegá ar culo a la úrtima sisha, pero consiguió entrá ante de que le dieran con er Achtung en la cabesa. Ar shegá arriba, sintió una poquita de pavó ante la soledá de la hasaña, y de forma casi inconssiente miró la cobertura der móvi, no fuera a sé que se descoñara viva por aquesho andurriale y no pudiera avisá a nadie, polque los guarkis ettaba claro que no tendrían arcanse hatta bajá una poquita má, y sobre tó er que shevaba la mega, que era er guarki de la sesñorita pepi.
Como la mega é atea de pura convissión, no se pudo de santiguá, pero gana le entraron. Se lansó cuesta abajo, y empesó a lidiá con la pitta y con tós sus catorse quilómetro. Ar poco rato la mega estaba comsplestamente relajá y disfrutando polque aquesho sería largo, pero difísir pos no. Lo que pasaba é que de tor día pasando gente había bañera curiosas en las cuettas más empinás, pero ná que la perisia y sobre tó los esquises arquilao de la mega no pudieran superá.
En una de las cuettas de pronsto la mega empesó a escushá un sun sun, una vibrasión, una presensia en er aire, ashí en medio questaba tó mas solo que la una, y cuando se vorvió no vea que alegría, era er asacotim de nuevo, con josemigué agresgado, que é de otro tim pero nomacuerdo de cuá. Se saludaron alesgremente y le ofresieron de seguí bajando con esho, cosa que agradesió pol la compañía jumana y la diversión de bajá en grupo. Pero a tó etto, er guarki empesó a shisporroteá, como que ettaba entrando en er mundo de la cobertura, y se oía la vó entrecortá y angustía der marío de la mega disiendo argo de “parkin” y de “coshe” y de “ggssrrsskkk”, pero no se entendía ná de ná. A la mega le entraron lo sudore frio pensando que había pasao argo, así que se vorvió ar asacotim y les dijo “oshe que me voy pabajo que tengo musha prisa” y se lansó dispará pol la lisnea de marsima pendiente der planoinclinados. Er asaco tim se quedaron con cara de “vasha tia má desagradable, sha van dó veses hoy que pasa de nosotro”.
Cuando shegué abajo toa eslomá, resurta que no pasaba ná, que era solo que mesperaban en er parkin pa í a las mundiarmente famosas termas de gastein. Joé shá, qué trabajera de pienna pa shegá a toa hostia, me entraron gana de pisoteá erpinganisho de los guevo, pero shá que habíamo de bajao, pos empesamo a organisarnos pa í a las famosas termas, no sin ante montá un nusmerito tíspicamente españó con los coshes sartando por ensima de un bordisho imposible y metiéndose en sona de sirculasión prohibida y de peatone. Y la Maite retrasmitiéndolo tó por los guarkis con musha grasia y salero.
Despué de jasé er recorrido ofisiá por tóas las cashes der pueblo, por fin shegamo a las termas, que resultaron sé un edifisio esperstaculá. Siento musho la ausensia de foto pero en esta sona sigue er apagón informativo de la pusñetera tarjeta de memoria que se jodió. Na má shegá ar difisio, er marío de la mega, la mega y la Maite vieron allí arriba en tó lo más arto, una cosa que paresían como condussione daire acondisionao, pero que resurtaron sé na má y ná meno que tobogane!! no vea, ashí tós sartando dalegría como niño shico ar vé las luses de la feria. Da iguá que aquí al lao de madrí haya setesiento parque acuástico con dos mir quiniento tobogane, pero... ¿y la ilusió de irse a Austria y tirarse pol un tobogán? Eso no tiene presio, como la mastercár.
Na má metenno ashí dentro, te sentías como un clon de la peli de la isla. Te ponían comunreló con er que iba abriendo puerta, y las taquishas estaban ashí y tol mundo se despelotaba sin verguensa, las mujere y los hombre tós juntos, y hatta las taquishas sabrían y se serraban con er reló másgico. Cómo disfrutaba la mega, con lo cateta que esha é. Las terma eran una presiosidá, con sus pissina tóas calentitas, con una sona en la que salía a la putacashe pero dentro der agua y sentía er frio en lasoreja, varios yacusis, la sona familiá dondestaban los tobogane y que te podía de tirá con un flotadó desos enormes... Hasta había un sine redondo dentro de la pissina, te metía ashí y veía la peli flostando en un dónu enorme desos. Una maravisha. Los tobogane fueron colonisado por la Caro, er Jaime, la Maite y la mega y su marío, y ar rato fueron shegando er resto de lascursión y tós se descoñaron ampliamente por tós los agujeros.
La grasia de la jornada vino cuando unos cuanto intréspido aventurero nos desidimo a investigá la sona de las saunas. Nos estrañó una poquita que pa pasá hubiera que asercá er reló másgico a la puerta, polque en el resto de sona no había que jasé ná deso, y también nos estrañó que ar entrá había mushagente enbolas, de hesho husbo un momento que er marío de la mega puso ojo como plato y una cara de terró irrasioná, y cuando le preguntaro solo pudo de desí “joé, acabo de vé er shosho má feo de mi vida”. En ese mosmento no dimo cuenta que cuando la edá aprossimada der usuario u usuaria de la sauna pasaba de los oshenta, mejó mirarla a losojos.
Ashín que nos metimo en una sauna júsmeda, nosotros tó cateto con nuestro bañadó puetto, clarostá. Ar entrá en la sauna, cuatro ustriacos artos y flaco como caña de bambú salieron escopetaos. Joé, po sí que tenemos que olé malamente, pensó la mega. Javi se quedó ashí un rato, y er Josele, el Migue, la mega y su marío desidieron de meterse en un jacussi que había fuera. E desí, que había que salí afuera, con tol frio, y metelse en er jacusi, tó en meno de dó milisegundo polque si tarda má las articulasione se congelan y ashín que te quedaba pa sujetá gintonics.
Na má jasé nuestra entrada espestaculá en er jacussi, gritando como marujona, shegó una peaso de mole astrohúngara que con mú malo modo nos jiso de entendé con seña que ashí, o vamo con er pinganisho fuera, o a tomalpulculo, que eso der bañadó ná de ná. Así que mú avergonsao todos, salimo con la mirada ar frente to tieso pa la puetta, y na má salí dashí nos descojonamo una poquita, der ridísculo que habíamos jesho.
Fue ashí, en esos momentos de relásjamiento musculá, cuando la mega y su marío aprovesharo pa osservá los cuerpo varonile der grupo der gastrof rope, y confessioná er rankin de tios buenorros der viaje. Ese rankin, que é er secreto mejó guardao de la mega, se hará púsblico con la úrtima entrega, y ademá entoavía está la cosa ahí ahí, polque hay un empate en la cabesa de la clasificasión que no se sabe como va a acabá. Sus mantendremo informados.
Er dia terminó como iba siendo costumbre úrtimamente: corriendo con los coshes pa conseguí shegá a tiempo de que la tashenka nos pusiera de sená. Como nos habíamos relajao demasiao en las termas, pos ya íbamo tarde, así que la Caro puso er turbo en jaiposishion y pisó er pedá der hiperespasio. Conseguimo entrá en Rasdtad a dó rueda y aparcá ashí mimmo ar lao der gastrof, así que ná, a devorá comida ustriaca.
No puedo dejá de mensioná la presiosa historia de amó que surgió esa noshe durante la sena. Resurta que la tashenka debía de está jasiéndose arguna revisión mésdica der mal dartura o argo, porque había casmarera sustituta. Se shama Maria, y é mú simpástica y agrasdable, y hasta nos jasía broma que se reía esha na má, pero era grasiosa la mushasha. Er caso é que en un momento de la sena, la Maria se puso a sharlá con er Migue, y tras la sharla surgieron shispitas de sus ojos y er amó brotó entre nosotro comuntorrente que casi nos ahoga a tós, incluida la muerta de la paré. Con un profundos sentimiento, la Maria le declaró su amó ar Migue ashí mimmo donde podía la mujé, y utilisando sus propio instrumento de trabajo le jiso una declarasión damó artesaná, no me diga que no é bonito mujé:
Y pa los curiosos y cotishas como shó, que no podéi de resistí de conosé a la novia ustriaca der Migue, conseguí jaserle un robao pa que estéi informao de tós los cotisheo, que ahora que nos han quitao er tomate hay que buscalse la vida como se pueda. Hela aquín:
No sabemo cómo terminó esa historia damó porque er Migue é un mushasho reservao de por sí, y no nos quiso decontá ná. No sabemo si fue amó plastónico, que era lo próspio la verdá porque er tema plato a esha no se le daba mal, si hubo jincamiento o no, si hubo tocamiento torpes, un sine, un café... vamo, que no sabemo ná, y estamo con er corasón en vilo deseando de sabé en qué quedó estahistoria. Ya nos contarás gañán!
Y pa términá la crósnica der día, una curiosidá que vimo er dia anterió en Sasburgen. Anresurta que la tashenka debe sé unastresha en su país y debe sé arshiconosía, polque vimo muñequitas tashenkas por tós laos, mirá mirá:
En la siguiente entrega podréi conosé la famosa pista ustriaca que se baja hasia arriba, y los miedos ocurtos que la mega ha descubierto en este viaje. Guenas noshesss!!