La semana del 23 al 30 de Diciembre pasado (2004) estuvimos seis personas alojados en la Estación de Sierra Nevada y, lamentablemente, pocas ganas nos quedan de volver a la misma. Pagamos los seis forfaits a precio de temporada alta y el servicio recibido fue penoso: por escasez de nieve, los esquiadores (según los medios de comunicación entre 15.000 y 20.000 esos días) esquiábamos comprimidos en las únicas pistas abiertas (el 30 % de la estación el mejor de los días) con el consiguiente peligro que suponía la mezcla de todo tipo de tablas y velocidades, la silla desembragable de 6 plazas estuvo tres días sin funcionar, eran constantes las paradas del resto de los remontes e interminables las colas tanto para acceder a las pistas como en los remontes. Narro la situación que vivimos por el descaro que los responsables de la Estación han tenido esos días, al no haber sabido estar a la altura de las circunstancias con descuentos, promociones o atenciones razonables con los esquiadores afectados y perjudicados en sus derechos, demostrando con ello un afán de lucro a todas luces desproporcionado y abusivo. En tal razón nuestro grupo va a realizar la correspondiente reclamación, y presentará también una queja contra el médico del Centro de Salud de la Estación que atendió a un integrante del grupo que el primer día sufrió una caída y, sin radiografía alguna, le diagnosticó una contusión leve y dos días de reposo, cuando no pudo esquiar más por los dolores e inflamación, teniendo que ser escayolado al llegar a casa por rotura parcial de ligamento en la rodilla. Nuestra experiencia no pudo ser más desafortunada. Por cierto, Granada, una belleza total.