A mi me parece más acertada la respuesta de Alegría que la de Sonic, llena de tecnicismos "googlelianos", pero difícil de comprender, ya que dice que la Manzanilla puede ser de Jerez, de San Lucar o del Puerto de Santamaría, lo cual no es decir nada.
Si sales de Jerez, en dirección al Puerto de Santamaría, al que los jerezanos llaman Puerto de Jerez
se llega a una colina determinada. Aún no se ve el mar, pero ya se nota.
Allí empieza la manzanilla y acaba el Jerez.
Precísamente están luchando ahora entre ellos a ver quien se adjudica, en exclusiva, la denominación de origen.
Pero la diferencia es que, a pesar de que el sistema de elaboración es el mismo, de solera, las uvas las mismas, y el suelo de tierra albariza, la influencia del mar, como bien dice Alegría, es la que determina otra calidad del caldo.Que no es mejor ni peor, sino diferente.
No tiene ni más ni menos grados que el fino, y según mi experiencia, creo que su consumo en exceso no hace que duela más o menos la cabeza.
Hay otra diferencia fundamentel: la manzanilla no soporta mucho tiempo abierta, es decir, que le de el aire, por lo que los expertos la toman en medias botellas.
Tampoco tolera el transporte fuera de la zona. Esto último me lo contó un amigo mío Juan LLagas, portugues de Huelva y de CC.OO., que trasladaba bocoyes de vino de Jerez a Oporto en barcos de vela.
Sin embargo, el Jerez viaja bien.
Es por tanto,la presencia del mar lo que hace único a ese líquido.
Y viaja tan poco que no lo conocen. Una vez en el José Luis de Madrid pedí una manzanilla y me trajeron una infusión, como la que mi madre me hacía cuando estaba malo y tambien la usaba para quitarme las "pitarras" de los ojos. ¡Cuanto ignorancia Dios mío!
La manzanilla, además tiene un novio: el langostino
Y si la manzanilla es "pasá", es decir, un poco oxigenada" y el langostino es natural de Sanlucar, y si además lo tomais en un barecito que hace esquina en la plaza de Sanlucar, de forma triangular, y donde apenas cabe nadie, pues esa si que es una boda
, y no la que se va a celebrar en mayo próximo.
Pero a la boda de D. Langostino con Doña Manzanilla hay que acudir con el estómago bien regado de Cruz Campo. Sobre esa alfombra de lúpulo refrescante, y una vez apagada la sed, puede uno disfrutar de la ceremonia sin caerse redondo al suelo, como hacen los "guiris" en la Feria de Sevilla.
Todo esto me enseñó mi amigo Bobi, que en gloria esté.
Por cierto, que era un gran amante de Sierra Nevada y de la nieve y mi gran compañero de "combinada alpina", en eso era el mejó...
Saludos, menos cubatas y más manzanilla.