Nunca había esquiado en junio. A lo más tarde que había llegado era al puente del primero de mayo cuando la estación abría por esa época. Este año, con la temporada tan floja que hemos tenido, ya a primeros de abril me resigné a terminar la temporada con un breve día de esquí, con poca nieve y mis niños haciendo sus primeras bajadas por Principiantes. Encima cerraron por viento a las 3 y pico. Olía a fin de temporada por todos lados. Hasta hice el balance final....
Pero luego nevó y subí otro día. Volvió a nevar y subí otro día más. Y por fin anunciaron el cierre definitivo antes del puente de mayo.
Me lié la manta a la cabeza y decidí subir “a cerrar la temporada” el 3 de mayo. Fue un día magnífico.
Pero luego tuve un día festivo el 15 de mayo, y probé “para finalizar la temporada” los esquís de travesía. Me gustó la experiencia. Entonces alguien dijo que este año esquiaría en junio.....
Y aquí estoy, contando cómo me fue ayer, 7 de junio de 2008, día en que “cerré y di por finalizada” mi temporada de esquí, que ha transcurrido ¡durante 8 meses del año!, de noviembre a junio. Y eso que vivo en Almería y siempre esquío días sueltos. Una temporada inolvidable, por lo variada y divertida que me ha resultado. Creo que es el año que más he disfrutado del esquí, y de múltiples maneras.
Bueno, a lo que iba. Se dieron las circunstancias apropiadas: buen tiempo, nieve suficiente todavía, la web-cam operativa (esto es muy importante), día no laborable, y ganas, muchas ganas de hacer cosas en la sierra.
Así que salí de casa a las 7:30 dirigiéndome hacia la Hoya de la Mora, donde llegué a las 10:00. Preparé los trastos, que esta vez volvían a ser botas y esquís al hombro, comida, guantes, chaqueta, etc, todo ello en la bolsa de las botas, a cuestas, y los esquís colgados con una correa en el hombro. En la mano los bastones y en los pies, botas de campo. ¡Ah!, el mp3, en el pliegue del gorro de esquiar, ¡qué invento!, no estorba nada y así los cables de los auriculares no molestan.
Por cierto, todos los pertrechos que llevo a cuestas pesan más de 12 kilos. Cada bota, unos 4 kilos.
El plan era subir por la carretera hasta el Stadium; una vez allí, dejar el equipo de esquí y continuar andando hasta hacer cumbre en el Veleta, admirar el paisaje, bajar de vuelta al Stadium, ponerme los esquís y bajar esquiando hasta donde hubiera nieve. Por último, volver andando al coche y tirar para casa.
Pues nada, me puse en marcha a las 10:15 atrochando en algunas de las curvas de la carretera; había bastante gente por allí (30 o 40 coches y algún autobús) y nos preguntábamos mutuamente detalles de la ruta.
Al rato llegué a Cauchiles... ¡la virgen!:
Luego, siguiendo por la carretera, llegué a la parte alta de Rebeco, tras dejar atrás Granados, Morillas, etc. Al poco de pisar nieve dejé la fecha y firma para que quede constancia:
Subí el tramo final de Rebeco y Loreto hizo la correspondiente captura de la web-cam:
Estando allí llegó un grupo de gente andando; les comenté lo de la web-cam e hicimos otra captura en la que salían ellos:
Aprovechando que había gente le pedí que me hicieran una foto:
En esos momentos el Veleta se había nublado por lo que no me animaba a subir por si el tiempo se ponía feo; no obstante los otros me dijeron que iban a subir, así que me animé a subir con ellos. En eso llegaron desde arriba un esquiador y un snowboarder que bajaban desde el Veleta esquiando. Yo no me veía con fuerzas para transportar mi equipo hasta arriba, así que decidí dejarlo en la caseta del telesilla y subir andando. ¡Qué a gusto se anda sin nada a cuestas!
La cumbre seguía nublada, y eso vino bien porque no hizo demasiado calor durante la subida. Lo malo, que las vistas desde la cumbre se perdieron totalmente. Salimos de la caseta del Stadium a las 12:30. Yo llegué a la cima del Veleta a las 13:45. Casi todo el camino fue por nieve. Al principio por la carretera limpia, pero después de un par de curvas ya tenía nieve:
Cuando llegué a cruzarme con el Zayas comencé a subir a ratos por la huella y a ratos por el tubo del Veleta, que tenía una nieve excelente... para esquiar, no tanto para subir hacia arriba con botas de campo. En estas zonas con más pendiente me vinieron muy bien los bastones.
Me llamó la atención la cantidad de mariquitas que había en la nieve:
También había bastante gente subiendo al Veleta: hombres, mujeres, niños, jóvenes, viejos, nacionales, extranjeros.... parecía una romería.
En la subida hice una foto hacia el Rebeco, por donde bajaría más tarde esquiando:
Los últimos metros de la ascensión fueron a tramos sin nieve y con muchas piedras:
Y además con bastante niebla:
Y por fin, a las 13:45 llegué arriba. El pingorote parecía tener frío, así que lo abrigué un poco:
Comencé a bajar por las piedras hacia el telesilla Laguna, que tenía alrededor mucha nieve, quizá un par de metros:
Y fui volviendo bajando por Panorámica. Así se veía la Laguna:
Y así, el tubo del Veleta:
Por fin llegué al Sadium, comí un poco, me cambié y comencé la bajada esquiando:
Con el Veleta al fondo:
Y más abajo, compartiendo pista con las huellas de los otros. Las mías son las de la derecha, según se mira:
Justo donde se tira para Granados se terminaba la nieve en Rebeco, pero se podía seguir hacia Granados, pasando junto a un arroyo:
Ese arroyo luego tuve que cruzarlo con los esquís puestos, sin problemas, y justo después vi esto:
El arroyo se introducía bajo la nieve formando uno de esos famosos túneles de nieve:
Tras ir bajo la nieve unos 30 metros, volvía a aparecer:
El espesor de nieve ahí debía ser de unos 70 cm., y en la zona oculta no se notaba nada, la nieve estaba totalmente lisa. No obstante, no quise probar su resistencia.
Y ya aquí, en la carretera que va a Borreguiles (circuito de fondo) se acababa la nieve, y sólo me quedaba regresar al coche, a donde llegué a eso de las 5 de la tarde, hecho polvo, pero muuuuy satisfecho por el día que había disfrutado.
Desde la Hoya de la Mora me despedí de Sierra Nevada por esta temporada:
Y volví a casa a donde llegué a las 19:30. Doce horas fuera. ¡Qué día más intenso!
Un saludo
Almería 2005. Juegos Mediterráneos...
.....¡De invierno!