Pus me alegro enormemente. Es un tío formidable.
Ese telecabina se arrancaba desde la llelgada, por lo que siempre éstaba Megías de guardia para ponerlo a funcionar de noche cuando era necesario para evitar que se congelara el cable.
Y también para dar las temperaturas en el pico, y para guisarnos cuando subíamos en la última subida de la cabina, para quedarnos con él charlando y oyendo sus cosas.
Luego, maricón el último, desde el mismisimo pico, ya casi anocheciendo y fuera de pista el último que llegaba a Pradollano se pagaba algo en el Cunini, y ese "algo" siempre era bastante caro por lo menos para nuestros sueldos.
Casi anochecidos, puestos de cubatas y a toda mecha, no sé como algunos lo seguimos contando. ¡que tiempos!.
Por navidad, el día 24 se celebraba una fiesta cuando cerraban los remontes, de todo el personal, antes de que todos nos fuéramos con la familia a pasar la nochebuena.
Megías siempre de guardia, un auténtico ermitaño de las cumbres, se quedaba sólo allí arriba.
Le llama por la radio Jorge Manrique: Megías, felices pascuas. ¿está Vd. muy sólo por ahí arriba?. No don Jorge, que no estoy sólo...aquí cinco contra una....
Como entonces lo del Informe Hite todavía no estaba muy leído, hubo que explicarle a mas de una en que consistía la soledad acompañada de Megías, aunque mucho me temo, que más de uno aún sigue sin enterarse.
Saludos