A mi me pasaba lo mismo, era incapaz de avanzar ni un solo metro y me daban ganas de vomitar

hasta que un dia decidí averiguar que diablos me pasaba con la niebla, entonces empece a caminar por mi casa con los ojos cerrados y empecé a sacar conclusiones.
Después de darle muchas vueltas llegué a la conclusión de que lo que me ocurría a mi (y a muchas otras personas) es que no eligen el punto de referencia adecuado.
Es decir al condicionar nuestros movimientos esquiando a referencias visuales, cuando se carece de éstas no sabemos como reaccionar, no sabemos si vamos para arriba o para abajo, si estamos parados o avanzando, si adelante o atrás.
Me di cuenta de que si no hacia el más mínimo caso de la referencia visual y me concentraba en "leer el suelo con los pies" (como dice Carolo), el mareo iba desapareciendo y cada vez me sentia mejor y con más control.
Al principio no es facil pero merece la pena entrenarlo en pistas casi sin pendiente y si no hay gente y está todo despejado esquiar pequeños tramos con los ojos cerrados concentrandose en los piés.
Piensa que los esquiadores invidentes no tienen (logicamente) referencia visual y toda la información les llega,basicamente, de los piés y del oido.
A mi todavia me ocurre que aveces, cuando me detengo con niebla, tengo que cerrar los ojos , después de pararme, solo un segundo por que si no sucede que a lo mejos miro al suelo y no se se si estoy parado o avanzando y entonces me caigo ¡parado!