<HTML>¡Pues yo claro que los envidio! Sobre todo, en lo de jugar al tenis y esquiar a diario (me refiero al ilustre que te dío Civil), o irse de caza sin esperar al fin de semana (ahora me refiero a mi propios genes, ¿eh?)
Pero ahora son otros tiempos, y damos más clases que quien las inventó, y estamos todo el día de tutorías de alumnos, y cuando no, contestando escritos y oficios que nos llegan desde Decanatos y rectorado, cual burócratas de turno. Y lo que es más grave: estudiando e investigando. ¿Tú sabes que no todos los cátedros cobramos igual? ¿Y sabes de qué depende? Pues, aparte de antiguedades, trienios y cosas por el estilo, del número y calidad de nuestras publicaciones,a cuyos efectos somos evaluados por una Comisión nacional cada seis años. ¿A que no lo sabías? Pues así es. De ese modo, si realmente quiero disfrutar con mis amigos (entre los que te incluyes) el próximo año en las Dolomitas, no tengo más remedio que ponerme como un cabroncete a estudiar y publicar, para que la Comisión correspondiente me evalúe convenientemente y pueda sacar unas pesetillas extras (hoy euros) para tan grato viaje.
Aquellos del ilustre esquiador y tenista eran otros tiempos...! Sin duda, eran los tiempos del Dinosaurio
Con el cariño de siempre

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