Hola laguna: pues resulta que soy casi como tu padre. 1,80 ( no me "encorbo"

porque ando muy tieso, como mi madre, que murió con 92 años). Y como ella y como tu padre tengo los ojos verdes. En cuanto al pelo, a ese, por lo menos en lo que al de la cabeza se refiere ya lo perdí hace tiempo

aún queda algo, pero siempre nevado como nuestra querida sierra
Y yo tengo bastantes tíos en Graná. Por parte de mi madre (3) ya murieron todos, pero por parte de mi padre que eran ¡¡14

!! aún me quedan unos cuantos.
Común denominador de todos ellos era su extraordinaria no ya afición, sino "devoción" por Sierra Nevada.
Y lo de la devoción lo digo porque 6 de ellos fueron curas. Mi padre, que no era cura

, decía que eso era la vocación de Dios, pero resulta que para un maestro de la Alpujarra como era mi abuelo, la única solución para no convertirlos en "destripaterrones" ( hoy serían jornaleros con derecho al REA

) era mandarlos a "la Capital" ( Granada) a apredender un oficio, y en los seminarios daban alojamiento, buena comida y una formación humanística adecuada.
Cuando el P. Ferrer, que por cierto era compañero de mi tío Javier, tuvo la idea de escribir su maravilloso libro, antes agotado y de incalculable valor, y hoy afortunadamente reeditado y totalmente recomendable para quien quiera conocer "de verdad" Sierra Nevada, sus trochas, cumbres y barrancos, se puso de acuerdo con mis tíos para que lo llevaran por las mil y una "veredas" de la sierra y también para poner sus fotos, pues eran muy aficionados a la fotografía
Mi tío Antonio, a punto de cumplir 97 años, el cura más viejo de la provincia de Granada, cuando yo tenía 6 o 7 años llegaba a mi casa del Realejo y me decía si lo acompañaba a "ver salir el sol en el Pico del Veleta"

Salíamos de casa, en verano, tomábamos el tranvía de la Sierra ( hoy desgraciada e innecesariamente desaparecido) y luego desde el Charcón, por el Hotel del Duque, la Peña del Perro, los Campos de Otero, Hoya de la Mora, Albergue de Obras Públicas, Mojón del Trigo y Tanto de Manolico ( Posiciones del Veleta) nos escondíamos al abrigo de una "laja" para ver salir el sol, y luego una vez "desayunado" nos bajábamos a Granada para estar en casa a la hora de almorzar. Todo, salvo el trayecto en tranvía a puro "pinrel".
Eso lo hacía yo, naturalmente, de chico, porque de mayor lo que si solía hacer es coger el coche y subir por la carretera hasta las posiciones, a ver amanecer mientras escuchaba la 5ª Sinfonía de Anton Bruckner explotar de sonido con los primeros rayos de sol dando el el tajo del Veleta

Ahora cuando hago el Águila siempre paro en ese sitio, con vistas al tajo y me acuerdo de tantas noches de frío pasados en ese sitio, pero también de esa emoción de oir/ver a los sonidos de Bruckner ( totalmente recomendable) chocar contra los "lastrones del Veleta".
Porque otro tío mío, recientemente fallecido y que era el Organista de la Catedral de Granada tocaba al piano una canción de un predecesor suyo como maestro de Capilla de la Catedral, D. Valentín Ruiz Aznar, díscípulo favorito del gran Manuel de Falla, que se llamaba "canción al Capitán Fernández", que murió en ese sitio en la guerra civil española.
Decía:
Murió junto al Veleta
Cerca del Cielo
Oh, Capitán Fernández,
¡Que bien has muerto!
A mi eso de morirse me parece una putada, sobre todo si estás bien, pero puestos a morirse, no es mal sitio, sobre todo si es al amanecer y escuchando a Bruckner
A otro tío mío lo hicieron obispo de Jaén y cuando fué de visita "ad limina" a Roma, el papa Polaco le dijo: ¿ Que tal por Sierra Nevada, Monseñore? Bien, le respondió mi tío, a lo que el Papa le respondió: Me alegro, pero en Jaén también hay montañas, no tiene Vd. que ir tan lejos....
Evidentemente, los servicios de espionaje de la Santa Sede funcionan perfectamente......
En definitiva, laguna, que quien tiene un tío en Graná, conoce bien Sierra Nevá.........
Un saludo