Ayer precísamente veía un reportaje sobre "El rey de los Alpes", o sea el ciervo, y decían que los ciervos antiguamente al no encontrar comida bajo la nieve, en invierno, emigraban hacia zonas de los ríos y de los valles, pero que ahora no lo hacen porque les han habilitado comederos artificiales en las montañas, en su habitat natural, evitándoles de este moido grandes traslados y sobre todo sacarlos de la zona donde ellos se encuentra a gusto.
En Sierra Nevada la monteses solían bajar en invierno hasta la línea de la nieve, que generalmente eran los "cortijillos" de las afueras de Trevelez o Capileira, como sitios más altos, con el peligro evidente no solo para los sembrados de la zona, que destrozaban, sino para ellas mismas, que eran tiroteadas impunemente por los furtivos.
Se del párroco de un pueblo de los de la Alpujarra al que le llamaban " la mejor escopeta de la alpujarra"
que tenía una tronera abierta en la pared de la sacristía y antes de la primera misa, temprana, ya se había cobrado algún que otro siete puntas
La liturgia católica utiliza la imagen del ciervo ( "Sicut cervus ade fontes"=como el ciervo hacia la fuente) como una expresión gráfica de la forma en que se acercan los cristianos a recibir la comunión.En este caso el ciervo, o mejor dicho, la cabra montés lo que recibía era un certero escopetazo para posterior remite al taxidermista
También existe en Granada una carretera llamada "de la Cabra Montés" que une Granada con Almuñécar por el Suspiro del Moro. Es muy accidentada y con bastantes tajos, pero es bastante frecuente ver a laqs monteses pasando de un lado a otro de la carrtera, camino de la playita
Incluso en la zona de Maro-Cerrogordo en la Herradura (Almuñecar) a un amigo mío las monteses le destrozaron un espléndido jardín, que invadían con un descaro propio de quien sabe que no tiene la escopeta de un cura "trabucaire" cerca, y sobre todo sabiendo que los ecologetas están dispuestos a defenderlas como si fueran el lince de la Conferencia Episcopal
Son unos bichos muy descarados y depredadores y han perdido su timidez tradicional y por eso ahora, se permiten irrumpir en la estación para tomarse una kopita en el Crescendo (van en esa dirección las de la foto) en la happy hour de las monteses
Se han acostumbrado a vivir cerca de los borrachos y lejos de los curas y posiblemente si identificaran a un ecologista le meterían un cuerno por el culo por someterlas a una curatela y tutela perpetua que ni ellas han pedido ni desean.
Las monteses ahora piden barra libre, no panfletos de talibanes protectores.
saludos
.....¡De invierno!
