Hola amigos:
Bueno, pues he aquí una pequeña crónica de lo que ha resultado la jornada del 4 de agosto en Sierra Nevada, donde, como todos sabéis, estos días están de fiesta…
Esta crónica os advierto que es parcial porque servidor abandonó Pradollano cuando creo que serían alrededor de las 19 horas (me consta que esta noche seguirá la fiesta y ya aparecerán otros cronistas…)
Bueno; os cuento que con gran alegría por mi parte por fin he podido volver a pisar la Sierra y encontrar en ella a amigos tan entrañables como Alf (quien estaba acompañado de sus hijas y su mujer, además de unos amigos); José Miguel; Galadriel; Ángel; Juan Luis y Joséluinn (que apareció por la tarde acompañado de sus encantadoras esposa e hija).
Se echó de menos a nuestros amigos MaríaJosé77, AntonioB, Killo y Laura, Adriana, Vane y otros (perdonad si no os nombro a todos; no obstante, de una forma u otra, os puedo asegurar que estuvisteis presentes en cierto modo).
También os diré que con gran gusto por nuestra parte, hemos podido conocer por fin a Bimba y a Laranita… Todo un lujo. Siempre es placentero conocer personalmente a personas que comparten este foro y su amor por nuestra Sierra y por los deportes de invierno.
La temperatura alta para mi gusto, aunque luego aún subiría más cuando los fogones se pusieron en funcionamiento.
Bueno, al grano…
Como sabéis, a mediodía venia previsto la celebración del Concurso de Paellas y, fieles a su palabra allí estaban, entre otros, nuestros amigos Alf y José Miguel (me perdonarán los demás participantes que centre mi atención en estos…) En la siguiente instantánea les vemos, bajo la atenta mirada de Juan Luis y Laranita, cuanto se amenazaban el uno al otro (¡te voy a destrozar! ¡cuando acabe contigo nadie te volverá a mirar! y peores expresiones se les oía proferir en este cambio de impresiones sobre el concurso de paellas, no hay más que ver sus caras
Galadriel y Ángel con expresión propia del que sabe que la tragedia se mascaba

.
La escena entre Alf y José Miguel causa estupor, como se puede ver, también a Laranita y Juan Luis, cuya expresión nos habla del horror que les producía aquello de lo que estaban siendo testigos de excepción…
La mía es más pequeña, pero da más juego, le decía José Miguel a Alf en estos momentos…
Pero Alf es mucho Alf y entiende que el tamaño sí que importa y sin más, planta su cacharro sobre la mesa y, aunque las comparaciones son odiosas, no puede evitar poner de manifiesto las dimensiones de los respectivos artefactos, disponiéndose a lubricar el suyo tal y como recoge la instantánea…
Sometido a tal afrenta, José Miguel llora desconsoladamente y busca el consuelo de las sabias palabras de su tita que le habló de David y Goliat…
Y por fin, tras los preliminares, da comienzo este duelo de titanes… Ahí les vemos emprendiendo la carrera…
Y mientras Alf fríe unos pimientos rojos…
José Miguel se afana en nivelar su cacharro, que parece tener un poco de caída o desnivel

…
Tras un comienzo violento como tuvisteis ocasión de comprobar, parece que ambos colosos deciden llegar a una tregua que sellan bebiendo zumo de cebada (menos mal que no había llegado Fresky que si no hubieran tenido que hacerlo con agua

)
Así pues, tras supervitaminarse y mineralizarse…
José Miguel se decide poner manos a la obra, poniendo toda la carne en el asador (bueno en este caso en la paella)…
Ambos contrincantes poniendo en práctica sus mejores dotes culinarias…
Uno de los momentos cruciales de esta fiera lucha… José Miguel, que tenía ayuda on-line, llama a su tita, a quien hace una de las preguntas más importantes de los últimos siglos… Tita, ¿hay que ponerle arroz a la paella?
Entretanto, Alf a lo suyo y con el aplomo y la pose de quien está convencido de su victoria (máxime tras oír la preguntita de marras…

)
A continuación podemos ver de nuevo a Galadriel y Ángel tras haber llegado a la conclusión de que hoy morirán envenenados por esas paellas.
Pero ambos cocineros, lejos de arredrarse se afanan en sus respectivas labores…
Incluso en un momento dado, como si de afamados gastrónomos se tratase, son asaltados por un grupo de fans que, cual hooligans, se saltaron incluso la línea de seguridad puesta por la Policía Local

…
Y la cosa va tomando color; el que aportan el dorado de la carne unido al garrafó y a las judías verdes…
Y así pintaba la cosa en ‘otros frentes’…
Pero nuestros protagonistas, inasequibles al desaliento, siguen construyendo sus respectivas obras de arte culinarias…
Y la labor de los fogones y fogoneros, de las paellas y paelleros, va poniéndose de manifiesto a través del olor, del color y del sabor…
Así hasta que nuestros protagonistas deciden poner punto y final a su labor, cuyo resultado es el siguiente…
Y doy fe que de la siguiente guisa quedaron todas y cada una de las paellas tras la labor emprendida por todos y cada uno de los ‘depredadores’ que nos encontrábamos en las inmediaciones
Tras ello el Jurado emitió su veredicto (inapelable, por supuesto) y he de deciros, sin que medie amistad íntima ni enemistad manifiesta con concursante alguno, que pese a que nuestros protagonistas no alcanzaron el premio, para mi gusto las paellas más auténticas y que más se ajustaron a lo que se hace en la Huerta valenciana, son precisamente las de nuestros amigos Alf y José Miguel. No obstante mi más sincera enhorabuena a todos los participantes.
Tras ello un grupito de los allí congregados, incluidos Alf, José Miguel y Laranita, decidimos que era hora de volver a hidratarse y así lo hicimos…
Animo a participar el próximo año a todos cuantos esto leyeren y vieren.
Y eso es todo, amigos…
ADVERTENCIA. Los personajes y situaciones aquí expuestos son de ficción y productos de la mente calenturienta de este narrador