En lo del casco llevais razón, pero es que... echamos las bicis al coche, echamos las cámaras de fotos... nos vamos a las lagunas y cuando llegamos.... ¡cooooño falta un casco!
El caso es que el chaval llevava cuidado, pero cuando llegó a los pedrolos y a las escaleras, no se acordaba que llevaba la cabeza al aire.