Tan sólo contaros lo que me ha ocurrido con el distribuidor Scott de la zona donde vivo así como la respuesta de Bmesportech (distribuidor en exclusiva para España).
No tenía muy claro si comprarme una Scott Genius MC o una RC.
Pedí precio en Biciesprint en Canals por una MC30 pero al final me quedé una de segunda mano: una RC20 ya que por menos precio tenía más prestaciones.
Fui a que me comprobasen la presión + y – de la suspensión trasera y el dueño de la tienda (Vicente Colomer) me dice que si quiero saber la presión, que le compre un manómetro y que me las ventile. Que él no tiene por qué comprobarme presión alguna.
Ante tan maleducada respuesta me puse en contacto con el distribuidor de España, sito en Zaragoza y le comente por email lo sucedido. Días después me responden que me traslade a Algemesí o Gandía donde otros distribuidores de Scott me atenderán mejor. Dichas poblaciones están a 45 y 55 kms respectivamente de Canals (Valencia) por lo que me pareció una salida muy fácil por su parte pero no aceptable para mi.
Como la respuesta que me dieron no me convenció llamé por teléfono y después de varios intentos hablé con el director comercial de BMESPORTECH y le conté lo sucedido. Me dijo que como tenían una convención en septiembre hablaría con el dueño de la tienda en Canals. Le dije que después de hablar me enviase un correo para saber si puedo llevar mi Scott a mi pueblo o tengo q irme a 45 o 55 kms para cualquier comprobación que tenga que hacer a la bici.
Aún sigo esperando la repuesta lo que me da a entender el interés que la marca americana se ha tomado ante una actuación negligente del único distribuidor Scott de esta zona (el más próximo está a 45 kms).
Si este es el servicio postventa que esperamos de bicicletas que cuestan 3990€ es una verdadera lástima.
Pues amigo tu que vives por la zona, dale toda la mala publicidad que puedas al distribuidor y a la marca. Es lo que mas les puede doler. A todo el mundo mala publicidad. Caña al mono.
¡Y que lo digas, joven Brochini, sobre todo al hijo de la gran chingada que me arreó un palizón del que todavía estoy espiritualmente dolido y mosqueado, sentencio! ( ¡Déle Dios mal galardón, sugiero!).
