Joven Lelete: En verdad te digo que tus palabras han causado el fulgor en mi alma que durante tanto tiempo he esperado en silencio. Veo que la experiencia que viví hace justo ahora quince años, no pertenece a mi imaginación y confusión mental. Deduzco, a tenor de tu veraz exposición y relato de tales hechos, que no soy el único que ha tenido el honor de abrazar en su seno la cósmica energía que se deposita en los elegidos. Por algo será, proclamo. Debe haber un denominador común entre tú, yo y los de nuestra especie y casta por la cual se nos ha escogido para la entrega y ejecución de un plan universal de salvación del hombre enfrentado a su destino. Aceptémoslo así y todo nos irá mejor. La Humanidad estará en deuda con nosotros cuando, aclamados por ella y a requerimiento del Más Allá, la salvemos de su oscuridad, ignorancia y tragedia infinitas.
Fue un caluroso mes de agosto cuando salí de casa en dirección al monte. Con un sol radiante y a pesar de éste, una enfurecida tormenta descuajó su violencia sobre el terreno que pisaba y sus rayos y truenos,
como fieles servidores de su causa y tortura, vinieron a introducirse en lo más profundo de mi ser. También yo corrí ladera abajo intentando huir de su furor y de mi sino. No lo conseguí. Empapado hasta el tuétano y con la mandíbula desencajada por mis limitaciones para asumir tan grave adversidad, he caminado desde entonces por la senda de lo desconocido y sobrenatural sin que hasta hoy haya podido dar respuesta a tan ecúmbrico
suceso. Somos dos privilegiados, joven Lelete. No te resistas a la voluntad del Creador y Causa de las causas y asume junto conmigo y los que iremos conociendo a partir de ahora, los que enyugados por nuestro valor y misterio salvaremos al genero humano. Asúmelo así y resígnate a ello. Tus hijos y los hijos de tus hijos grabarán a fuego tu glorioso nombre y el mío en los anales de la Historia. Nos erigirán un templo y nuestras efígies serán esculpidas en el noble mármol de Carrara para pasar a la posteridad y aguardar en el silencio de los siglos las preces y alabanzas que se nos han de dedicar. Seremos glorificados; tenlo por seguro.
Un abrazo, hermano.
Enviado: 10-08-2006 10:01
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No serán vuesas mercedes de la logía de los "iluminatis beteteros", puesto que lo que aquí relatan parece cosa de seres supremos, o al menos de empleados de Endesa
Ni de lejos, joven Carmol. La hiriente verdad de tales ecúmbricos sucesos, sólo podemos interpretarla los que hemos recibido la Gracia en la solemne inmensidad de lo ininteligible por la mayoría. A ellos nos debemos y a ellos sacrificaremos nuestra existencia y buen hacer en cuanto recibamos la señal celestial que encamine nuestros pasos por la vereda del amor, la tolerancia y la armonía con el medio ambiente, proclamo. Esta sacrosanta hermandad, apartir de ahora, irá creciendo y cuando seamos suficientes, acometeremos la loable misión que se nos encomiende en aras de un mundo mejor. El joven Lelete y otros como él y yo, ya me entienden. Así lo veo y así lo anuncio.
Un abrazo.
Enviado: 11-08-2006 00:34
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mare mia q fuerte... tiene q ser la leche haberlo vivido y poder contarlo q sensacion...
el cuentakilometro igual lo puedes mandar a la garantia y les dices q no esta capacitado pa pasar cerca de cables de alta tension... q vaya mierda de cuentakilometros q no se puede poner en una bici de montaña
Abrazotes
