Empezó la mitad del personal el viernes en la Calahorra pero como yo no iba pues no hay fotos.
Así que empezamos a ver fotos desde el sábado en la Posada de los Arrieros a 10 kms de Bayárcal, un lugar maravilloso en el que por 28€ tienes media pensión y duermes en Albergue.
Allí dimos buena cuenta de los licores de los que disponían en el restaurante.
A la mañana siguiente tras un buen desayuno ponemos rumbo a Bayárcal.
Ahí podeis ver al "Villegas" con su paraguas, que más tarde utilizaríamos. ¡Vaya si lo utilizaríamos!
El puente para cruzar el río Adra no estaba en muy buenas condiciones así que pasamos de uno en uno.
El camino de bajada del Puerto de la Ragua es una pasada.
Hasta que por fin llegamos a Bayárcal.
Salimos de Bayárcal por su parte baja.
Nos encaminamos al barranco cuyo río sirve como límite provincial entre Almería y Granada.
Granada nos recibe con algunos rayos de sol para calentarnos un poquito.
Aunque nos duraría bastante poco.
Tras esta primera palizilla nos pegamos un buen homenaje en Laroles.
Mientras estábamos con las celebraciones y las copitas se jodió el tiempo y empezó a caer lo más grande. Pero claro, con esta gente lo último que puedes hacer es un amago de rajarte porque entonces te puede caer lo más grande.
Así que todo el mundo calladito sin la más mínima posibilidad de abandonar.
Antes de salir del bar nos preparamos para lo que nos iba a caer.
Desde aquí hasta el final del día nos estaría lloviendo cada vez con más fuerza.
El jorobado de Notre Dame.
Al mal tiempo buena cara.
De Laroles fuimos a parar a Júbar.
Y de Júbar partimos hacia Mairena donde nos encontramos con esta sorpresa.
No paraban de tirar cohetes tras la procesión de San Marcos.
Cuando bajamos a la carretera le preguntamos a un lugareño y este nos invitó a comer olla en el pueblo, ya que por lo visto es una tradición en el día de San Marcos. Así que no había más remedio que integrarse con la procesión y eso es lo que hicimos.
EStas son las ollas que habían preparado para todo el que se acercara.
Justo cuando íbamos a hincarle el diente empieza a apretar la lluvia y de repente se convierte en una granizada impresionante.
Así que mientras decidían los del pueblo qué hacer con las ollas, nosotros, lamentablemente, decidimos dejar las ollas para otra visita y seguir con la ruta ya que si no, no llegaríamos de día a Válor.
A partir de este momento empezó a apretar la lluvia.
Aparte del agua que nos caía los rayos hicieron su aparición y empezamos a acojonarnos un poco.
Llegamos a Nechite ya casi anocheciendo pero no para de llover a mantas.
De Nechite a Válor decidimos ir por la carretera ya que sólo hay un kilómetro y el tiempo no está para machadas.
Y por fin llegamos a Válor donde disfrutamos de una buena cena y un merecido descanso.
A la mañana del día siguiente pudimos comprobar que aquí la gente gasta poco en pintura.
El cielo no parecía que nos fuera a dejar continuar sin mojarnos.
Así que nos pegamos un buen desayuno y empezamos a andar esperando que el cielo nos dejara llegar a Mecina Bombarón sequitos.
A la salida de Válor nos encontramos con este bonito puente del siglo XVI
De momento parecía que el cielo nos respetaría.
De hecho, al poco nos tuvimos que quitar la ropa que nos sobraba por todos lados.
Por el camino nos encontramos maravillas como esta.
La salida de Válor es espectacular.
Cuando entramos en Yegen nos tomamos un buen cervezón en la entrada del pueblo que acogió a Gerald Brenan.
En este pueblo hay sitios para perderse como este.
Salimos de Yégen por esta plaza en dirección a la parte baja del pueblo donde continuaríamos nuestro sendero para ver paisajes como este.
Es increíble la cantidad de contrastes y colores que podemos encontrar en las montañas.
Tras estos paisajes llegamos a Montenegro.
Donde nos echamos una descansadita y un papeing de morcilla, salchichón, butifarra y cositas así de ligeritas.
Desde aquí tendríamos que continuar nuestro camino hasta Golco.
Y después de Golco, tras una subida impresionante que sería la más dura de todo el recorrido llegamos a Mecina Bombarón.
Donde nos echamos unas copitas para celebrar que por fin llegamos a nuestro destino. Aquí parte de los componentes de esta movida.
Y aquí la otra parte que faltaba.
Eso es todo colegas, y con esta ya tenemos la GR-7 desde Tarifa hasta La Calahorra.
En la próxima edición esperamos llegar a las estribaciones de la sierra de Castril, pero eso ya es otra historia.
Os mantendré informados.