Aprendí a esquiar en pista hace unos años para poder practicar esquí de travesía, y al poco de poder escapar de las pistas surgió la idea de poder realizar algún día ese paseo maravilloso por los paisajes más dramáticos de la vieja Europa que es la Alta Ruta Chamonix-Zermatt…
Hace unos días pudimos completar con éxito la Alta Ruta y éste es el reportaje. Nosotros optamos por la variante denominada Alta Ruta Histórica, por ser la más parecida a la de los pioneros que realizaron esta ruta por primera vez. Comparada con la ruta normal, esta es algo más dura y alpina.
Aquí estamos Paco y yo en Chamonix, esperando el autobús para el remonte de Le Grand Montets en Argentiere.
Ya arriba en Grand Montets, Paco señala el Col du Chardonnet por el que teníamos que pasar, después de bajar esquiando al glaciar de Argentiere.
Subiendo al Col du Chardonnet las vistas a la Aiguille Verte y a la pala por la que habíamos bajado esquiando un rato antes eran impresionantes.
Después de dos horas de subida llegamos a los 3323 m. del Col du Chardonnet. En total 770 m. de desnivel desde el glaciar.
La bajada por el otro lado la hicimos con 2 rapeles de 30 m. aproximadamente.
Tras una travesía sin perder altura, enfilamos la Fenetre du Saleina, que nos daba paso al Glaciar du Trient, donde estaba el refugio donde ibamos a pasar la primera noche.
Al final la cosa se ponía muy empinada y no hubo más remedio que quitarnos los esquís y subir con crampones y piolet.
A la mañana siguiente tras el desayuno a las 6 de la mañana nos encontramos nada más empezar una bajada por una pala helada muy desagradable y luego un larguísimo descenso por el valle d'Arpette, que era un parque temático de la nieve helada y costra. Tras unas cuantas caidas llegamos con bastante retraso a Champex donde nos esperaba el taxi que nos tenía que llevar a Bourg St Pierre.
Aquí ya estábamos foqueando por encima de Bourg St Pierre, en dirección al refugio de Valsorey donde pasaríamos la segunda noche tras 1400 m. de subida.
Las vistas desde el refugio de Valsorey eran impresionantes, y la tarde tranquila y soleada nos permitió recuperar el buen humor después del día estresante y agotador que llevábamos.
El dia siguiente amaneció nublado y con rachas de viento fuerte. La subida desde Valsorey al col du Couloir (3645 m.) la hicimos con crampones, y nuevamente tuvimos un festival de nieve helada y costra en la bajada de los glaciares de Sonadon y Mont Durand que puso a prueba nuestros nervios. En esta foto en plena bajada del glaciar de Mont Durand puede verse la zona de seracs que cae de las paredes del Grand Combin.
La noche la pasamos en el refugio de Chanrion. Al día siguiente no teníamos alojamiento reservado, porque todos los refugios (Vignettes, Bertold, Nacamuli) estaban llenos desde hacía meses, así que la única opción pasaba por correr para llegar al refugio no guardado de Bouquetins lo antes posible y rezar porque no estuviera lleno.
Iniciamos la subida del impresionante glaciar de Otemma...
Las dimensiones del glaciar le hacen sentirse a uno como una hormiga...
Seguimos subiendo el glaciar de Petit Mont Collon en dirección al col del mismo nombre.
Paco inicia la subida final al col du Petit Mont Collon.
La nieve costra pone las cosas difíciles llegando al collado.
Tras llegar arriba continuamos la subida hacia el col de L'Eveque (3386 m.)
La bajada desde L'Eveque sí que pudimos disfrutarla porque el estado de la nieve era excelente.
Justo en el espolón que aparece a la izquierda saliendo del glaciar, en la primera joroba, está el refugio de Bouquetins.
Afortunadamente quedaban 5 plazas libres cuando llegamos al refugio y pudimos disfrutar de las vistas desde el mismo, probablemente las mejores de todos los refugios de la travesía.
El días siguiente amaneció con niebla y ventisca. Salimos con la seguridad que nos proporcionaba llevar el GPS, aunque afortunadamente la mañana mejoró y nos permitió disfrutar de la subida final al collado de Valpelline (3568 m.)
En el collado de Valpelline. A la izquierda el Cervino y a la derecha el Dent D'Herens.
Y ya sólo nos quedaba una larga bajada hasta Zermatt bajo la sombra del Cervino.
Paco atravesando el glaciar Zmut.
Esto está ya hecho!
Y tras una parada en un restaurante al pié de las pistas de esquí de Zermatt para celebrar el éxito con un plato de pasta y un par de cervezones que supieron a gloria... la foto final junto a la iglesia de Zermatt, como mandan los cánones.
Saludos