Normalmente no suelo llevar a mi perro "Truco" a subidas invernales, pero esa mañana me puso esa mirada que solo saben poner los perros
y nos arriesgamos, tuvimos suerte y la nieve estaba mas bien durilla y casi nada de viento, la verdad es que estaba un poco preocupado por si le molestaban las patillas o se le mojaba mucho el cuerpo, en cuanto que vi que la nieve subía de espesor y casi tenia que saltar para avanzar ( ya cerca del salto del caballo ) decidimos darnos la vuelta.
Cuando llegamos al coche, me miró diciendo " ha merecido la pena".
PD:Me ha gustado mucho tu reportaje de la Sierra de las Nieves, un saludo.
Un saludo y nos vemos por las montañas