Me ha llegado este texto por correo, lo comparto:
José Ramón Morandeira García de la Cruz, falleció de forma repentina, en torno a las 2 de la madrugada del 04/11/2012 en el hospital de Vielha, consecuencia de un aneurisma. Se encontraba participando European Mountaineering Meeting en el Valle de Arán. Tenía 67 años.
El Dr. D. José Ramón Morandeira, Cirujano, Veterinario, Periodista y Filósofo, era Profesor Titular de Investigación (Cirugía experimental), adscrito a la Universidad de Zaragoza, Médico expedicionario, Alpinista, Investigador, pionero impulsor de la investigación biomédica en deportes de montaña y el medio natural, impulsor del rescate profesional en montaña, y promotor del modelo de rescate medicalizado en vigor en la comunidad aragonesa.
Pese a su edad, continuaba con proyectos humanitarios, académicos y asistenciales, mientras participaba en expediciones como médico, o como él prefería llamarse, “cirujano” o “quirurgo”.
Parte del fruto de su trabajo y tesón, son multitud de publicaciones del más alto nivel, protocolos de actuación en accidentes en montaña, la instauración de la Unidad Mixta de Investigación, la Unidad de Medicina de Montaña, la creación y el desarrollo de los Cursos de Especialización en Medicina de Urgencia en Montaña (CUEMUM), donde se forman médicos y enfermeras para tratar no sólo los accidentes que sufren los montañeros practicando deporte, sino también los montañeses, deportistas y trabajadores en situación de aislamiento o en medio difícil.
Presumía y con razón, de lo más difícil que había conseguido en su vida: “…sentar en la misma mesa a políticos de diferente signo y origen, militares, guardias civiles y deportistas, hacer que se pusieran de acuerdo y que firmaran un convenio…”. De este hecho, nacieron la medicalización del rescate en Aragón y los CUEMUM.
Por sus manos, las de sus colaboradores y alumnos, han pasado la gran mayoría de la élite montañeros accidentados, españoles y extranjeros, en algún momento de su recuperación en la que han participado de forma decisiva.
En el aspecto académico, era exigente pero justo, facilitador pero riguroso, conciliador. En lo referente a la asistencia sanitaria de urgencia, más partidario de lo bueno, sencillo y polivalente que de lo excelente, sofisticado y específico.
En lo personal, José Ramón era una persona cercana, divertida, tozuda como buen aragonés, generosa, orgullosa y defensora a ultranza de aquello en lo que creía y amigo de sus amigos.
Le gustaba visitar Granada frecuentemente, donde tuvimos ocasión de asistir a sus conferencias este año en el CAR de Sierra Nevada, con su conferencia “De demonios a ángeles” y el pasado en el salón de actos de la Exma. Diputación de Granada, junto a la Dra. Mª Antonia Nerín, su sucesora, con “Lhotse 2011: Cómo subir una montaña y no morir en el intento”. En ellas, como siempre, pudimos disfrutar de sus enseñanzas, experiencias, chascarrillos, imágenes y chistes.
A menudo, decía que quería morir en la montaña, donde más de una vez ha sufrido accidentes. Cercano a esto, falleció tras una de sus conferencias en una reunión internacional de montañeros. Transmitiendo sus enseñanzas y experiencias.
Tras su muerte, la medicina de montaña queda parcialmente huérfana. Especialmente la española. Los sanitarios-montañeros, pierden un modelo a seguir, un referente y un gran apoyo a nivel profesional, académico e institucional.
Descansa en Paz, José Ramón.