gracias por poner esos relatos, Andrés, a mí también me fascina el Cabo de Gata y ha sido un placer oir tu relato y sentir tus sensaciones con paisajes que me son queridos y familiares.
Desde luego, tienes dos cojones irte solo a hacer todo eso en bici, requiere un estado mental que yo no sé si sería capaz de alcanzar, la soledad elegida y buscada, que no impuesta, es un estado del que no todos conseguimos disfrutar.
Y la subida de las cortichuelas a Fernán Pérez, aprieta los cojones, que cansa hasta yendo en coche, pero el paisaje volcánico es imponente.
Recuerdo una vez que vivaqueé en la playa siendo boy scout, tras hacer Dúrcal-Salobreña en semana santa, y todavía no se me ha quitado el frío que pasé hasta los huesos, y eso que llevábamos tienda y todo.
Gracias por compartir tus momentos con nosotros, es un placer leerte, fiera!!!!