Hola Clint.
Sencillo habría sido obedecer al impulso natural, tal y como hacen el resto de seres vivos, porque, justo en el momento en que consideramos que no es posible dejar caer nuestros marroncetes ante otros semejantes, lo convertimos en una inmensa complicación.
Yo creo que ese tipo de sencillez al que haces referencia es relativo.
Es como montar en bici: muy complicado para los no iniciados, pero sencillo para el resto.
La sencillez de tu paseo, por ejemplo, no se complica cuando otras personas se movilizan ante el anuncio de un gran lugar en dicha ruta, sino que se complica si el paraje no se corresponde.
En definitiva, siempre aparece la complicación, con lo que quizá deberíamos hablar de miedo a complicar la sencillez.
Yo mismo pretendía hacer solo algún comentario sencillo y mira, he acabado con una complicada discrepancia,
por pasar el rato...
Un saludo.