Voy a aprovechar la tranquilidad invernal de este foro para colar esta salida otoñera.
En su día me pareció que no había fotos suficientes para un reportajillo. Pero el esfuerzo de mi amigo Fefa para tirarlas iendo atrás,
y la calidad de algunas me ha animado a colgar las imágenes de esta ruta, que para nosotros ya es una clásica.
Para añadir algo más de información he esparcido cagolitas amarillas para dar pistas.
Como todos los años por octubre los carreteros de Goizalde retomaron la que es la sexta edición.
Seis repetidores, Jaime, Alfonso T.,Alfonso M., Iñigo, Fefa mas yomismo, y dos (Vidalabarca y Gabi) que no la conocían,
y claro, disfrutaron el doble.
Aunque el día prometía cielos despejados, la fría mañana de Murguía nos recibió con una fina niebla.
Pero contra el sol, esa bruma le brindó esta curiosa foto.
No se si sirve para mucho pero centro el detalle.
Tras el primer “escalón” llegamos a la apacible campa de La Llana.
De las bajadas ninguna foto, ni del cruce de ríos, ni del hayedo. Creemos que las tenemos todas y luego te acabas sorprendiendo.
Antes de llegar a Arimekorta siempre nos acojona la tenebrosidad de este apretado bosque de pinos.
Llegamos al pastizal de Arimekorta.
Gabi se detiene para apreciarlo (o para recuperarse)
Hacia el sur, el Aldamin nos impide ver las lomas del Gorbea.
Llaneamos hasta el cortado para disfrutar de las vistas.
Solo conozco algunos de todos esos picos.
Y nos hacemos la obligada foto (sin Vidalabarca).
Ultimo vistazo porque nos queda tela por delante . . .
Salimos viendo lo que nos espera, pero animados por la inmediata bajadita.
Tras unos cuantos subeybajas nos agrupamos en la parada del mirador. Cogemos impulso para los dos siguientes cuestones.
Dado el “sufrimiento” por lo menos recrearse en las vistas.
Detalle de Anboto.
Hemos pasado el primero, y podemos repostar en Pagomakurre. Vidalabarca estaba superando la travesía con nota.
Las vistas compensan el segundo. El almuerzo está cerca
Hacia abajo podemos apreciar Arimekorta y el descenso previo al mirador. De allí venimos.
Hacia arriba se adivina la cruz del Gorbea, pero el pensamiento busca más cerca, la fonda.
Las Campas de Arraba compensan el esfuerzo. Subimos una loma para tener una vista más completa. Por ese caminito hemos llegado.
Y tomamos otra vista de nuestro restaurante de altura.
Y de su vigilante.
Esta foto es clave, si falta la ruta se viene abajo (o se comen al guía).
Tras la siempre dificil arrancada con su peatonal Paso de Aldape, llega el momento de despedirse del paisaje norte. En primer plano Jaime con Aldamín y las lomas de Gorbea de fondo
Los paisajes tan amplios requieren su tiempo. Además se hace duro pensar que en plena digestión hay que superar el Usateguieta.
Aunque no se aprecia la ascensión, ese es el camino que traemos. Aquí estamos en los últimos golpes de riñón para coronar Usateguieta.
Alfonso T., que se había quedado por algún problemilla de Jaime.
Tras un par de bajadas entramos de nuevo en terreno alaves y paramos a saludar al Menir de Arlobi. Iñigo disfrutando la bajadita.
Y esa es la última foto, porque a partir de aquí todo fue a calzón quitado.
No tuvimos ningún percance reseñable, salvo el tremendo ataque de los huevos fritos con chorizo, el queso y el vino.
Gracias a Dios que podemos contarlo.
Si las fotos no molan las reclamaciones a Fefa,
yo soy solo un narrador desmemoriado.
Gracias Fefa.
Nos vemos.