...y los ojos de vidrio llorado los contemplan y habrán de contemplarlos mientras brille en su alma de poeta la luz viva del amor a este foro y a quienes lo integran.
¡No, Horacio no os ha olvidado...jamás podrá hacerlo! Prestó su humilde voz a la frialdad de la pantalla de un ordenador para avivar aún más la euridia loada de aquéllos que un día le aceptásteis y le brindásteis vuestro calor y vuestra compartida rodada.
Horacio siente como algo suyo y arraigado la aceptada responsabilidad de poner al servicio de vuestra gesta la sencillez de su pluma y la poesía de su espíritu. Es dos veces hombre aquél que entiende y aquél que comparte el pensamiento que inspira este espacio y da vigor a la decidida pedalada que le traslada, no a lo lejos, sino a lo cerca de sus entrañas. No se aleja el nevasportero por más que cabalgue con denuedo bajo la lluvia y el trueno, el calor y su acero, sino que templa el forjado hierro de la cadena que lo ata al sentimiento solidario de nuestro club y su laureado ideario.
Somos más...; ¡cada día somos más!; y más nos crecemos en tan unida familia que ensalza la gloria del pedal y une al mismo la compartida sonrisa y el pan de nuestra solidaridad. Ha de ser así. Si duro es el camino, poderosa es nuestra energía; si dura la contienda, más valor nuestro noble coraje engendra.
Mil palabras podrían seguir tras las expresadas; mil textos tras el que ahora os presento; pero en ellos, Horacio abre su corazón y da rienda suelta a su subrayado afecto. Alguien me lo ha pedido y así lo manifiesto: leeréis, ahora, el humilde discurso que hace unos días tuve el honor de dirigir ante copioso y respetable público. Uno al mismo honor el del abrazo que di a nuestro buen compañero Alberto. En esa cena de justa causa y compromiso, ante mí mismo y ante quienes desde África nos miraban aguardando su alimento, Horacio, con todo el arrojo de su garganta y la fe de su juicio y su proyecto, lanzó a los vientos la verdad de sus sentimientos. Ni mucho menos, el mismo, está fuera de lugar, de este foro y de este encuentro; pues a ambos da su denominador común con gesto señalado, pues hermano es "quien al pedal se sostiene, mostrando en espalda y pecho la cumbre y su ornamento!
Va por Vds., va por el joven Alberto, quien nos presentó, en su momento, tan ecúmbrico proyecto y va por la Humanidad y la esperanza de un mundo nuevo.
Gracias, compañeros...GRACIAS.
V DISCURSO FUNDACIÓN TAKELI
Damas y caballeros, estimadas compañeras, estimados compañeros:
Por quinto año consecutivo, permítanme, en nombre de la Fundación Takeli, que les dé la más cálida bienvenida.
Es nuestro deseo dar voz de vida a quienes carecen de ella; dar esperanza a quienes languidecen en la tragedia y el desconsuelo. Sin Vds., afónica sería nuestra garganta y vano nuestro proyecto. Sépanse reconocidos y obtengan de la sonrisa del niño africano la más dulce recompensa.
...
Cuando caiga el velo de la cerrada noche; cuando así lo haga la tupida venda de los ojos del hombre, entenderá que su destino está ligado, y es uno, con el de todos los hombres.
Lucirá, entonces, con vigorosa fuerza, el sol que cada día dará nueva luz a los ojos de una Humanidad nueva.
…...
¿Hemos de esperar, acaso, a que nos hablen graves las arenas del creciente desierto? ¿Hemos de esperar, también, a que lo hagan las silentes rocas del calcinado suelo?
Aún no es tarde; aún estamos a tiempo.
Alocada es la carrera que, lejana en el tiempo, emprendió nuestro género en pos de un erróneo progreso. Todo cuanto se posee de más esclaviza al hombre con duro hierro. Techo, alimento y pareja... nada más precisa nuestra alma y nada más precisa nuestro cuerpo. Entiendo por techo HOGAR, que no ladrillo y cemento; por alimento DIGNIDAD, que no sólo trigo de generosa cosecha ; por pareja HERMANDAD, que no farisea unión en aplastante soledad.
Quiero ver un mundo mejor...¡necesito ver un mundo mejor!
Yo digo NO a la crueldad; y digo NO a la estupidez, a la opresión y al ahogo. Yo denuncio el olvido y la masacre, la explotación, la insolidaridad y la indigencia aniquilante. Abrazo a la acogedora compasión y abrazo a la tierna misericordia .
Junto con Vds., soy hijo del noble anhelo de la fraternidad y, en armonía, del justo progreso. Hinquemos decididos nuestra rodilla en tan agrietada tierra y pidamos fervorosos el fin de tan absurda contienda:
Tenga el hambre su última batalla...¡ y la pierda !
Tenga la ignorancia su última batalla...¡y la pierda!
Tengan el horror y la pobreza su última batalla ...¡y la pierdan!
Tenga la sinrazón su última batalla ...¡y la pierda!
…...
Tenga la guerra SU ÚLTIMA GUERRA...¡y la pierda!
Si limitados son nuestros recursos, el equitativo reparto y la fe en nuestro decidido afán es infinita.
Quisiera borrar de golpe las cloacas de nuestra Historia...mas no puedo. Escritas están sus páginas, pero POR ESCRIBIR ESTÁN LAS DE UN MUNDO NUEVO. No tengo más arma que mi dispuesta pluma y más munición que su humilde tinta. Acompañado me siento en mi aliento por la bondad de personas como Vds., quienes, aunados por común proyecto, subrayamos convencidos las líneas gloriosas que dieron forma al más bello capítulo que los siglos vieron: La Declaración Universal de los Derechos del Hombre y sus consagrados fueros. Sean sus párrafos, su espíritu y su letra, la sola bandera que enarbolen todas las Patrias de La Tierra.
Lucirá, así, ese mismo sol, divino astro, con el que empecé mi texto, con el más rutilante de sus brillos desde la noche de los tiempos.
Damas y caballeros, por su asistencia y colaboración, unidos en un mismo credo, en nombre de la Fundación Takeli, de corazón, muchas gracias.
H.C.H.M.
En Granada, a 26 de noviembre de 2011
Recibid mi más sincero abrazo.
P.S.: ¡ Horacio ha vuelto, sin haberse ido jamás! Dando gritos de júbilo se siente de nuevo entre vosotros como uno más...¡Aténganse a las consecuencias!