Bien parece que esto marcha, vamos a ello.
El tema comienza con retraso y se nos hace de noche antes de salir. Nos queda toda una caminata nocturna hasta la Cucaracha. Suerte que no había problemas de estancia, ya que estábamos solos.
Teníamos compañía en el camino. Para hacer honor al pico de la siguiente jornada, nos encontramos con varios grupos de vacas en la Vereda.
Iniciamos el Calvario. Mi hermano el Brujo y un servidor preparados para ello.
Misma situación pero con cambio de protagonista. Se ha incorporado El Aguila Dorada I.
Cara norte de Mulhacén y Alcazaba. Un gustazo para nuestras retinas.
Hemos llegado a donde siempre. A partir de aquí todo será nuevo. La Laguna de Vacares bien se merece un baño, aunque eso será en otro momento. Ahora toca lo que toca. Subir.
Ya hemos pasado lo peor y estamos en el buen camino. Tenemos la cumbre casi a la mano y ahora sí que nos lo creemos.
Por fin y tras un cierto paseito pedreste, hemos llegado a lo más alto y nos disponemos a disfrutar de las vistas en 360º.
Vasares de la Alcazaba. Esperamos poder hacer una próxima ruta por ellos. Se ven tan a la mano y tan accesibles que hasta nos parece mentira.
Siete Lagunas también a la mano, aunque en estas fechas de finales de verano, muy mermadas.
Laguna de Vacares a lo lejos en lo profundo del cráter que parece formar, visto desde cumbre.
Vista panorámica del valle que nos hemos en parte pateado.
Por fin de vuelta y en el camino nos encontramos con la foto tierna del día.
De lo que no podemos dar fe fotográfica, aunque sí que lo hubo, es de la barticipación final, y es que a pesar de las horas de vuelta, ya que finalmente decidimos tirar para el coche en la misma jornada, nos hicimos nuestra paradita en Los Abades para meternos la cervecita de rigor junto con su correspondiente bocata.
Saludos para todos y espero que el estreno merezca la pena. La jornada sí que lo mereció y eso es lo que importa.
