Totalmente de acuerdo con ROCA sobre lo de cuidadín con el ganado vacuno. Dos semanas antes pasamos por el km 17 que menciona (cercanías del Río del Pueblo) siguiendo el Sulayr desde La Ragua al Postero. Y había ganado en bastantes sitios del recorrido. De todos los pelajes, tamaño y edad. Vacas preñadas, toros, terneros, becerros. Y en plena pista, camino, senda, márgenes y laderas arriba y abajo. Más alejados o más cerca.
De siempre he tenido un gran respeto a pasar por detrás de mulos y caballos fuese que soltasen una coz. Con el ganado vacuno me pasa igual. Hago extensible y modifico la conocida frase "de la vaca y el mulo, cuanto más lejos, más seguro".
Con nosotros rutean dos veterinarios y las normas de actuación cuando uno se los encuentra de sopetón o va al encuentro con ellos en medio del camino ha quedado bien reseñado en comentarios anteriores. Nada de movimientos bruscos ni aspavientos. Evitar caer en la tentación del maletilla que busca gloria y fortuna citando al toro. Ojo con las vacas recién paridas y cuando están con los terneros por las cercanías. Evitar interponerse. No sostenerles la mirada. Cuando nos ven acercarse se quedan mirando y suelen apartarse. Son segundos que pueden pesar como siglos pues aunque en teoría son mansos, pueden tener un estímulo desconocido y desapercibido para nosotros que haga que el animal responda de la manera que tememos.
Sí he comprobado la efectividad de arrojarle una piedra en las cercanías como bien comentaba Fernando W. El ruido que genera es suficiente para que salgan ladera arriba o abajo.
Pero también hubo un momento que había una vaca o toro de pelaje negro -supongo retinta- que emplazada en medio de la senda miraba y no se apartaba aún después de haberle lanzado el "pedrolo". Y cuando comenta quien sabe de bichos: "Quietos, que ésta no me gusta nada; puede ser peligrosa" se acojona hasta el más pintao. Al final igual nos perdonó la vida porque se marchó.
Es un riesgo éste del ganado que va a existir en innumerables emplazamientos. Y al que estamos expuestos en mayor o menor medida. Y con más (caso de Roca) o menos fortuna en el desenlace.
El caso es que después de haber seguido atentamente el post, este fin de semana hemos completado el Sulayr desde el Postero hasta el Dornajo teniendo por delante el trago del Camarate. Y me acordaba de las enseñanzas manifestadas por diferentes participantes.
Poco ganado hemos visto en todo el recorrido. La parte alta de la dehesa estaba con alguna vaca fuera de camino. Tan sólo en el barranco del Espolón había varias vacas en el sendero. En parte baja de Lavaderos no vimos tal vez por las nubes que todo lo envolvían aunque se oían a lo lejos los cencerros.
Donde sí había alguno más fue en la bajada de Piedra Partida hasta el río Vadillo. En plena verea y dando de mamar. Se impuso el sentido común y bordeamos la escena. Y cuando te encuentras con la papeleta y te viene a la mente la posibilidad de que se arranque uno o alguno, lo primero que miramos es la cercanía de alguna peña inaccesible porque lo de correr cuesta abajo con las rodillas maltrechas, como que nos coge el toro.
Bajando hacia el Vadillo
Tras pasar el puente del Vadillo este toro siguió abriendo camino por delante de nosotros durante 300-400 m. Lo perdíamos de vista pero pronto lo alcanzábamos mientras nos miraba para reanudar inmediatamente la marcha. Así durante bastantes metros. Al final paró para soltar lastre. Pero nosotros sí nos aliviamos dando el consabido rodeo.