CAMINANDO SOBRE EL ABISMO
Campo Base
26 de abril de 2008
Hace casi diez días que llegamos al Campamento Base y hemos tenido la oportunidad de atravesar dos veces la famosa Cascada del Khumbu: La primera de ellas para equipar el Campo I a 6.000 metros, y la segunda para establecer el Campo Avanzado a 6.400 metros, situado bajo las laderas del Lhotse.
Cascada del Khumbu, en el camino hacia el Campo I
Nuestro Sirdar, Sonam Sherpa, participó en el equipamiento de esta cascada durante los años 1.997 y 1.998. En la actualidad, el Comité de Control de la Contaminación del Parque Nacional del Sagarmatha (SPCC) se encarga de dicho equipamiento y de mantenerlo en condiciones de transitabilidad.
Entre el Campamento Base y el Campo I he podido contabilizar unos treinta pasos sobre grietas que resultarían infranqueables si no fuera por los tramos de escalera que ha montado el SPCC. Unas son horizontales, otras verticales, las hay de uno o de cuatro tramos, pero lo que todas tienen en común es que cuando las atraviesas ves bajo tus pies como se abre el abismo.
Yo pensaba que ya había controlado el miedo a atravesar las grietas, pero cuando me dirigía hacia el Campo Avanzado se cruzó en mi camino la más grande, larga y profunda de todas. No se si fue debido al frío de la mañana que entumecían mis extremidades o a la falta de oxígeno que no me dejaba pensar con claridad , pero reculé varias veces antes de que un sherpa me tensara las cuerdas de seguridad a ambos lados de la escalera, gracias a lo cual pude cruzarla.
Caminando sobre el abismo
El lunes 28, todos los expedicionarios estaremos en el Campo Avanzado con la finalidad de mejorar nuestra aclimatación, permaneciendo allí hasta el día 30 por la mañana. Nuestro cocinero de altura ya está realizando porteos a este campo para montar una tienda comedor y una cocina, de tal manera que facilite nuestra estancia en el campo.
Desde el Campo Avanzado nuestro objetivo, el Lhotse, parece estar al alcance de la mano, pero solo es una simple ilusión óptica: Por delante de nosotros queda un muro de roca y hielo de más de 2.000 metros de desnivel en el que nadie se ha adentrado todavía esta temporada.