Pues aprovechando que tengo una conexión a la red algo más rápida, que por estas fechas hay personal planteándose esta subida para el próximo verano y que el Pisuerga pasa por Valladolid, me he permitido rescatar unas fotos del verano pasado. Son de la “expedición” que algunos socios de Señal y Camino de Dos Hermanas realizamos al Montblanc. Perdón por la cantidad de fotos pero, son taaann taaann moonaaass...
Tras un muchimontón de horas de coche, llegamos a Saint Gerve con una roulotte que nos habían “prestao” un par de días antes (el viaje daría para varios reportajillos, pero dudo que me permitieran subir nada más al foro si los publico). Entramos en el camping al mas puro estilo mediterráneo, nos colocaron en medio de una campa rodeados de pulcras caravanas, habitadas por pulcros nórdicos, que merendaban pulcra y silenciosamente. Y empezamos a instalarnos.
Tras una hora peleándonos con el avance de nuestro futuro campo-base, al más puro estilo Mr Bean, y ante el descojone general de la audiencia optamos por seguir las directrices de nuestro jefe de expedición...
....pudiendo por fin irnos a descansar, no sin antes hacer un poco de “patria”.
Tras un día de relax-turístico por la zona y un nuevo sueño reparador, decidimos comenzar con la ascensión. Las miradas de circunstancia del vecindario hicieron tambalear nuestra férrea confianza, pero para cuando nos quisimos dar cuenta ya teníamos los billetes del tranway.
Un fuerte bocinazo anuncia la llegada del transporte.
La adrenalina se dispara,... ¡ qué nennviors ¡
El tranvía sube perezosamente con vistas espléndidas, ¡HEIDIIIIII!, ¿ondeandará?
Por fin la última parada, pabajo en tropel. Mientras se acuerda uno de todo lo que se le ha olvidao y pone cara de soyuntíocurtioestopaminoesná, la procesión tira para arriba que se las pela. Nosotros que vamos en plan himalaya, con tiendas y comida como para pasar una era glacial nos lo tomamos con más calma.
Atravesamos el desert de pierre ronde ...
... y empezamos una bonita subida que nos conducirá hasta los restos del glaciar de tete rousse.
Una vez en el citado glaciar, vemos justo al otro lado la silueta del refugio de tete rousse.
Llegados al refugio...
...se impone una buena “hidratación” colectiva.
Tras hidratar buscamos en los alrededores un sitio en el “césped” para montar el “campo 1” (hostis parezco de “al filo”)
Al fondo el rincón del pis con unas vistas excelentes al glaciar de Bionnasay. Éste con sus continuos crujidos contribuía al buen hacer de vientre.
Dedicamos la tarde a la aclimatación...
... y a echarle miraditas a lo que nos espera mañana para desayunar.
La Bolera y la pared del Gouter.
Al día siguiente salimos pronto, queremos evitar el chaparrón de pedruscos que suele caer por estos lares. Aún así, cuando los que vienen de Gouter empiecen a bajar, no nos libraremos de una buena ración. Y allá vamos.
Vamos sorteando trepaeros, unas veces equipados con cables y otras a pelo Dicen que esto tiene un tercer grado, de esos montañeros no de los otros.
Tras un buen rato llegamos a los últimos cables un poco antes del refugio.
¡Ya estamos!
Menuda terraza tiene el chiringo éste.
Después de curiosear un rato seguimos para arriba. Vamos a buscar un lugar para plantar (la tienda) en el “campingsemioficiá”. ¡Allliiííí!
La mayoría usamos tiendas de colorines pero hay algunos que, en su empeño por mimetizarse con el entorno, levantan auténticos palacios de hielo....
... otros , pues eso, “aclimatan”...
...y el resto nos embobamos ....
... con cosas como ésta.
Por la tarde, como es habitual desde que llegamos, el tiempo se pone un poco “chungo”y nos cae algo de granizo. Así que cenamos pronto y al sobre, que mañana hay que “madrugá”.
A la 01.30 las cordadas empiezan a desfilar a la luz de los frontales, nosotros ya estamos listos, sólo nos faltan pequeños retoques, como la funda hightech para la botella del acuarrius.
Como era de noche, las fotos de la subida al Dome de Gouter nos salieron en negro y negro, y como se que al personal les gustan de colorines... pues ala, no las pongo.
Las siguientes, ya con algo de color, son a partir del refugio Vallot, con las primeras luces del alba.
Por primera vez vemos la arista de los bosses en vivo y en directo, ¡glups!
La silueta del gigante se proyecta sobre el entorno
Afrontamos las bosses y nos damos cuenta de que vamos a tener “baile”
Y efectiviwonder, se forma un “trombo” con un puñao de triglicéridos que suben y otros que bajan.
Solucionado el tránsito sin haber llegado a infartar, seguimos para arriba por la arista.
Ultimo repecho antes de la arista cimera
Por fin le vemos la calva a Don Blanc
Llegamos a cumbre en dos grupitos separados, no porque nos peleáramos sino por aquello del resuello. Desplegamos el “banderín” del club (obsérvese que cantidad de espacio libre para publicidad tenemos, ¿si alguien está interesado...?)
Fotos pa un lao...
... fotos pa otro....
...y pa bajo. (La “loma” gorda del fondo es el Dome, el de las fotillos en negro y negro)
Una mirada para atrás....
... otra a la Aguille de Midi ...
... algunas poses “mu sobraos”de estampa alpina....
...y otras más “prudentes” cuando llegamos a las grietas. De noche no eran tan feas.
por fin vemos las tiendas, pero la nieve está tan “paposa” que todavía nos queda un rato de trabajo.
Ya de vuelta en el campo 2 nos abrazamos con los sherpas y ..., ¡leches!, otra vez me equivocao de película....Estooo, quiero decir que una vez en el refugio pedimos unas bebidas y nos sangraron de lo lindo..., a algunos más que a otros...
Esa noche dormimos de un tirón, o casi, que aún nos quedaba para el día siguiente bajar la pared de las “piedritas voladoras”.
El amanecer nos sobrecoge con su inusitada belleza... (¡toma frase!)
Empezamos el último acto, a desandar los trepaeros, o mas bien a destrepar.
De vez en cuando algunas paradillas para tomar resuello y para empezar a sentir los primeros síntomas de una futura nostalgia.
¡¡Y como fin de fiesta..., fanfarria atronadora en forma de tormenta con granizo y aparato eléctrico de órdago!!. Menos mal que llegamos al nido de aguilas y el del tanway había abierto el refugio-almacen que existe junto a la vía.
En el tren, durante la bajada, se respiraba euforia. Bueno, eso, y un cierto tufillo después de cuatro días en el monte..., que no te digo ná.
Llegamos al camping ante el asombro e incredulidad de nuestros vecinos, que seguían en las mismas posturas que los dejamos. En recepción nos regalaron una botella de buen vino francés (eso dijo el que se la bebió), para celebrar la cumbre. Y a eso nos dedicamos esa tarde.
En fin, como veo que hasta la mascota se me duerme...
.... dejaré para otro día la interesante historia de lo que nos aconteció el resto del viaje.
Un saludo , perdón por el tostón, y gracias a los compañeros por dejarme fotos para este desaguisado.