Hola a todos. Este puente pasado he intentado subir al Mulhacen desde la Vereda de la Estrellas, pero el Domingo la ventisca me hizo retroceder cuando estaba a unos 2.600 - 2.700 m, trás pasar la ñoche en una zorrera. Desde el Barranco de San Juán había nieve, pero hizo un buén dia. Fuí subiendo poco a poco ( la mochila pesaba 28 Kg, fué mi peor enemigo ) y la primera noche (Viernes 24 - Sábado 25) dormí en la tienda en una zona más arriba de cueva secreta, que por cierto un zorro me la rajó. Un poco más arriba de cueva secreta ya tuve que empezar a utilizar las raquetas e incluso con ellas te hundías bastante. El Sábado amaneció más nublado y conforme iva subiendo encontré distintos tipos de nieve, en algunos sitios a menos de una cuarta de nieve polvo había hielo y en otros te hundías hasta la rodilla con raquetas incluidas. La cosa se fué poniendo cada vez peor y a eso de las 5.30 de la tarde del Sábado comenzó la ventisca y tuve que refugiarme en una zorrera a la que le coloqué unas piedras para intentar protegerme algo, pero no sirvió de mucho, la ventisca metió la nieve en la zorrera, entraron en las botas, los calcetines helados, las polainas y los cordones de las botas parecían palos más que cordones. Cuando me asome a la entreda de la zorrera había por lo menos medio metro más de nieve que el día anterior, la visibilidad era bastante baja, era imposible seguir ascendiendo porque además estaba medio perdido, no sabía exactamente donde estaba ya que el día anterior había perdido todos los puntos de referencia y dudaba entre intentar llegar al refugio de Poqueira o al menos al de La Caldera o bajar hasta el coche, pero el riesgo de perderme más aún era demasiado alto. Por esta cara norte no hay cobertura de móvil y lleveba tres días perdido por ahí solo sin poder contactar con mi familia y eso me preocupaba bastante. Al final decidí tirar para abajo, cosa que fué bastante complicado ya que había subido por un sitio muy empinado y expuesto con roca, nieve y hielo autoasegurándome con el piolet y una cinta expres al arnés.. La nieve se fundía con la niebla, la ventisca no me dejaba ver y la inclinación de la ladera era bastante importante y larga y tuve que bajar como unos 400m o más marcha atrás. Había zonas donde incluso con raquetas hundías la pierna hasta la cadera ( increible ) y costaba horrores sacar de alli las requetas que subían llenas de nieve y con esos kilos a la espalda, la verdad que fué una experiencia y una lección de supervivencia tremenda. Tardé algo más de 9 horas seguidas en llegar hasta el coche, sin apenas parar, porque la ventisca era bastante fuerte y no iva sobrado de fuerzas, no podía perder ni un minuto. Varias veces pensé que no llegaría al coche, pero al final lo conseguí a las siete de la tarde. Si me gustaría reseñar una cosa porque creía que el compañerismo en el montañismo existía, pero he visto que no, al menos cuando las condiciones se ponen duras "sálvese quien pueda". Según el mapa que tengo yo debía venir del Espolón de Laguna Larga o de la parte de arriba del Corral de Valdeinfierno y cuando llegue a una zona que en el mapa viene como El Real, acababan de levantar una tienda y un poco más adelante ví a tres personas que bajaban delante mía como a unos 50 m . Les llamé, silvé se pararon y me vieron, les hice señas, se volvieron y continuaron su marcha, que llevaban un ritmo bastante superior al mío. En la siguiente curva, aunque por el camino me sacan bastantes metros están enfrente mía por la curva de la montaña, les vuelvo a hacer señales e incluso me agacho apoyándome sobre el piolet para que viesen que algo me pasaba, pués nada se dieron la vuelta y continuaron su marcha, y ya no les ví más. Yo en realidad no necesitaba ayuda, lo único que quería decirles, como ellos ivan a llegar antes que yo al coche, era que avisasen a mi familia de que estaba bien ( llevaba tres días sin poder contactar con nadie ) y de que no avisasen a la guardia civil, y que a lo mejor ese día no podría llegar al coche, ya que me encontraba bastante agotado, y dormiría otra noche más por algún sitio donde me pudiese refugiar de aquella ventisca, por eso no tenía problema, iva preparado. Pero pasaron totalmente de mí sin saber realmente que me pasaba, podría haber sido algo grave a mi o a algún compañero que hubiese dejado más arriba. Siento decirlo, por si aquellas tres personas pertenecen a este foro, pero personas así no deberían llamarse montañeros. El ser montañero no solo es saber subir una montaña, implica tambien, aparte de otras cosas, el COMPAÑERISMO, ese día vosotros no necesitábais ayuda, pero algún día la podeis necesitar y esperareis que os la den, no que os dejen tirados a vuestra suerte. He aprendido mucho en esta aventura, he conocido distintos tipos de nieve, he pasado miedo en algunos pasos muy expuestos, he visto lo dura que puede ser la montaña contigo y lo cerca que se está algunas veces de la muerte, cuando puedes seguir y cuando debes retirarte, he sufrido pequeños aludes en unas laderas muy empinadas que tenía que cruzar formadas por una nieve que parecían bolitas sueltas de corcho blanco sin cohesión alguna, me recordaba los corrimientos que se producen en las dunas de arena cuendo excabas un poco, pero sinceramente no me esperaba encontrar esa falta de compañerismo y esa forma de pensar; ves a un tio solo con un paso lento y que no es muy firme que te hace señas para que le esperes y tú digas: si estás jodido lo siento, buscate la vida, el tiempo está muy mal y yo me tengo que quitar de enmedio.
CON ESTO QUIERO HACER UN LLAMAMIENTO AL COMPAÑERISMO MONTAÑERO, HOY ME PUEDE TOCAR A MI PERO MAÑANA TE PUEDE TOCAR A TI, Y LO MAS IMPORTANTE ES QUE PODEMOS SALVARLE LA VIDA A ALGUIEN, sea o no montañero y haya sido por un error suyo o no, en esos momentos eso no importa, lo que importa es por lo menos preguntarle si necesita ayuda. Esta vez la montaña a podido conmigo, pero ahora en marzo volveré a intentar subir al Mulhacen por la ruta norte. Un saludo a todos.