Sabiamos que la sierra estaba "mala", pero es mejor que no te lo cuenten, o al menos eso pienso, siempre hay algo para hacer, y recrearse en la base de la montaña también es importante. Lo que importa es pasar unos buenos días inmerso en el seno de los valles
Un día comienza por una vereda y que mejor que la de la Estrella, nunca te cansas de pasar por ella y las vistas siempre iinmejorables
Un descanso para recrearse con las nortes de la sierra nevada,
Es el día 17, como siempre y cuando no es festivo, la gente brilla por su ausencia, esta vez no iba a ser menos, toda una vereda para nosotros, y ésta nos lleva hasta debajo de la Alcazaba.
La ruta que al día siguiente seguiriamos José Luis y yo
Mientras la tarde cae nos recreamos con las maravillas de la naturaleza y como ésta se desenfrena volcando lo que le sobra
Avalanchas de nieve entre el espolón oeste y el noroeste de la Alcazaba
Seguimos recreandonos con la magia de la tarde, antes de que el mundo desaparezca. Que tendrán los colores de la tarde que tanto embriagan
En la base de la Alcazaba la piedra solitaria, mirando a la Dama, Mulhacén y Juego de Bolos
Continúa la tarde y ahora nos asomamos a la ventana del Valdeinfierno, desde aqué la Arista de los Cuernos y el Cerro de los Machos.
Otra curiosa foto desde el mismo sito que la anterior; hasta con las rocas y líquenes nos recreamos.
Es el día 18, comenzamos con los primeros descartes en la base del espolón, los primeros tramos mixtos. José Luis no cabe de gozo, es su primera invernal por estos lares, enhorabuena
Mientras subimos por es espolón la Alcazaba nos brinda su lado más salvaje; la cara norte
Llegamos al gran vasar. La nieve está intratable, nieve hasta las rodillas. El atraversarlo ahora en sentido Vacares o La Mosca sería un infierno
José Luis después del gran vasar, la roca desnuda. Aquí nos quitamos los crampones. Es la zona más delicada de esta ascensión.
Es el espolón un gran balcón sobre la sierra; Juego de Bolos, superado en metros por el Puntal de la Caldera detrás y el Veleta al fondo
Una mirada hacia arriba, es espolón continúa, un caos de rocas hasta alcanzar su punto más elevado
Estamos sobre los 3200 metros. Una mirada hacia abajo para ver el camino recorrido. Al fondo la Estrella y el espolón que se hunde en el Valdecasillas
Otra mirada hacia abajo, nuestras huellas quedan atrás, un camino marcado
ültimos metros hacia la cima, la cumbre se acerca
Espolón Oeste, desde el espolón Noroeste
Corredor cimero.
Y por fin la cima. El esfuerzo bien que ha merecido la pena. La recompensa pisar en efimeros momentos un pilar de la tierra. Es en ese momento cuando tu mente no piensa nada. Ya te puedes morir que todo te da igual; en realidad la subida de la cima es como recorrer el camino de la vida;principio y final.
Llegan el momento más esperado, por lo incierto del estado de la nieve. La cara Oeste de la montaña es peligrosa, no se aprecia en toda su grandeza su mangitud. Son 800 metros de desnivel de la ladera de esta montaña. La nieve en principio estaba cramponable, después un poco más abajo nieve costra y ya al llegar a la laguna de la mosca te hundías hasta las rodillas.
Mulhacén cara norte. Desnuda casi toda la roca, la nieve se acumula en la base. La laguna inapreciable por toneladas de nieve encima de ella
Atravesamos las chorreras de la mosca. Una gran avalancha embellece la ruta. Arriba el verde del hielo una corona para tan excitante lugar
Chorrera de la Alcazaba y grandes avalanchas. Aquí empezó nuestro calvario hasta llegar al Prado de las Viboras. Nunca he sufrio tanto en la sierra como ayer. Un paso y de lleno hasta las ingles. Para salir había que poner el piolet horizontal y apoyarte en el, imposible salir, así toda la bajada. Literalmente yo acabé agotado; José Luis como es de otra pasta callaba pero andaba.
Las chorreras desde abajo en todo su esplendor. Menos mal que te caias te hundías, pero te reponías viendo lo que te rodea; no se puede tener todo.
En fin dos días maravillosos. Ayer llegué al agotamiento, será que me estoy haciendo viejo