Aunque llevaba propositos más indecentes, solo se quedaron en eso

quería hacer la ruta albergues Mulhacén, pero igualmente se quedó en:quería, la nieve no estaba para bromas, ni para uno que no quiere sufrir más,abriera huella hasta las rodillas. La ladera desde la Carihuela hasta la Caldera era "un infierno blanco", solo se aventuraron por allí gente con skis, y aún así tardaron una eternidad en atravesar "el infierno". Así que lo mejor fue disfrutar de una puesta de sol desde el veleta y ya vendrán días mejores. Arriba en el Veleta tuve la satisfacción de conocer a un forero de Jaén, Jesús, al cual no conocía, y con el que había compartido por el foro charlas. También en la Carihuela compartimos unas horas de charla y risas con gente estupenda de Sevilla: David, Lina (liniti) y los otros no recuerdo el nombre, perdonad, pues aquí unas fotos
La arista del cartujo en todo su explendor, con buen telón de fondo de la sierra que no se como se llama jajajajajajajaja
La baja y la alta montaña, el Trevenque rey de la baja
Veleta, loma de Maitena y sierras del norte del Granada
El atardeder toca ha arrebato, las sombras se preparan para cubrir la tierra, es la hora de las tinieblas
La dama resiste el acoso de las sombras, se aferra por instantes a la luz, la sombra del Veleta proyectada, la protege queriendo aferrarse del castigo de la noche
Hacia el sur hay otra lucha, el caballo saluda el otro lado del Mediterraneo, a las montañas del Rif, que esperan igualmente las sombras
La dama sigue resitiendo, el sol aún baña su frente
Nueva vista del Caballo y el sol camino de África
El astro Rey va sucumbiendo, pero los colores que deja en el mundo son para el deleite
Sigue el sol huyendo, amenazado por la noche
Las sombras van derrotando al día, es la Ley del Universo
Y el sol empujado por las sobras, se retira para afrontar nuevos retos
y comienza la pugna por el nuevo día, Mulhacén y Alcazaba empiezan a despertar
Pues nada más, que disfrutéis las fotos los que os habéis quedado en casa este fin de semana, y no desesperéis, que la montaña está ahí, inamovible, esperando y siempre esperando