músculo, sensibilidad, poesía, nervio de acero...
enhorabuena por el reportaje, y qué suerte tienes de saber apreciar lo bueno de la vida, pones el lado humano de la subida por delante de lo que ya de por sí muestran las fotos.
Qué maravilla tiene que ser subir en equipo por ahí con amigos, agarrotado el músculo, el aire frío que tiene que salir de las rocas, la respiración pausada, el silencio... me ha parecido vivirlo cuando leía tus notas.
De verdad que emociona, no es por peloteo, los que nunca nos meteremos en una experiencia así, ya nos podemos hacer una idea de lo que tiene que ser.
y además no le colapsas el servidor al FW