Yo no me llamo Pepe, y aunque soy padre, ya no me regalan dibujitos hechos a mano ni me llaman para felicitarme, así que ayer me regalé un paseo de los que a mí me gustan. A todos ellos dedico este reportaje.
Se trataba castigar al cuerpo con una buena penitencia por no ser capaz de coincidir con el resto de mis compañeros Ytantos después de intentarlo muchas semanas seguidas. Lo volví a intentar pero no lo conseguí así que me fui yo solito. Este resulto el perfil de ida; para el de vuelta, basta con poner un espejo.
Me levanté temprano, como siempre y me dirigí al punto de partida: El Collado de la Gitana creo que le llaman. Poco después de las 7 de la mañana ya estaba dando los primeros pasos. A esa hora no es difícil captar imágenes como estas.
Poco después apareció de golpe el paisaje que me iba a acompañar durante un buen rato.
El día era inmejorable, sin viento, la nieve, dura en ese momento, excelente para caminar rápido. De pronto me acordé que hace ya tiempo que no intentaba un contraluz, así que me animé y esto fue lo que salió.
A cabo de un rato ya tenía mi objetivo a la vista.
Por supuesto que los reyes no pueden faltar.
En dos horas y media ya había llegado al lugar del desayuno y mi objetivo se veía más cerca.
A partir de ese momento, me calcé las botas de alta montaña, los crampones y el piolet. Lo realmente duro empezaba. Fue una subida exigente pero reconfortante. La nieve estaba en perfecto estado y no presentaba peligro ninguno. En algo menos de tres horas estaba alcanzaba mi destino final: El Puntal de Juntillas.
Allí, reponiendo fuerzas, experimenté uno de esos momentos de éxtasis que justifican las decenas de miles de pulsaciones aceleradas que te cuesta llegar hasta allí.
Ahora quedaba lo peor, abandonar la pureza de la soledad. Empecé el descenso. Antes de volver a pasar de nuevo por el Picón enfoqué esto.
Ya sólo me quedaba todo eso
Cuatro horas después llegaba al coche. La última parte del recorrido resultó lo peor del día; la nieve, dura al empezar la jornada, se había aflojado y te hundías a cada paso, pero eso ha sido lo primero que se me ha olvidado.
"(Sabiduría boticariana) "Andar por Andar"
Andaba yo por ahí a eso de las 13:00 
No te me libras 
no sé qué es más digno de admiración, si tu fuerza de voluntad, tus cabezonadas, tus caminatas al galope, tus dotes fotográficas o tus pésimos chistes. A ver si este sábado podemos montar algo.
