Por unas horas las cohortes senderistas habían realizado un viaje fascinante que les hizo evocar las jornadas previas a la trascendental contienda que tuvo lugar el 16 de julio de 1212 en estos parajes, reviviendo los emocionantes momentos previos a una batalla tan trascendental que ya los propios contemporáneos del siglo XIII, conscientes de su gran repercusión, la consideraron como un gran acontecimiento militar, determinante para la definitiva expansión en la “Cruzada” que lograría la reconquista de los reinos cristianos, y aún hoy sigue estudiándose en las academias castrenses .
Los senderistas del “Eurorando”, plantado cara al desánimo, la fatiga y el sufrimiento, arrojaron de sus “posesiones” tan inicuos insurgentes, y estaban a punto de conseguir enarbolar su “Gran Pendón Real”, de la satisfacción personal, la alegría del reto superado, de la camaradería, y de sentir la brisa fresca de la “libertad de espíritu” que proporciona el estar en contacto con la Naturaleza… Tras haber vivido un fantástico viaje de “cultura y vida” estaban a punto de obtener su gran recompensa: la “reconquista” de sus más preciados “territorios personales”.
La dura etapa “rompe piernas” a la que los abnegados senderistas se habían tenido que enfrentar, estaba a punto de concluir. Ya quedaba muy poco para la meta...