No estuvo mal el día, la verdad, ni la noche el el maldito Elorrieta...


Ya sin luz, inmersos en la más profunda niebla, cuatro valientes empezaron el ascenso hacia su propio purgatorio...
Caminando bajo el frío y un silencio sepulcral, accedimos por fin a la entrada del refugio el cual, ajeno a su pasado de esplendor, guarda hoy en ruinas su más oscuro misterio a través de su basta red de galerías excavadas en la fría roca...
Ya en el oscuro interior, entre ruidos y extrañas sombras, perdidos y desorientados, nos bebimos unas cuantas cervezas con el vano objeto de aplacar nuestro miedo... Tan mal se puso la cosa que nos vimos obligados a descorchar un Faustino V, dos botas y algo más espirituoso para poder ahuyentar a los fantasmas del Elorrieta



Pero al fin volvió el día, y con las primeras brumas de aquel amanecer sin luz, conseguimos encontrar de nuevo la salida al aire húmedo de la mañana...
Habíamos sobrevivido a una terrible noche en las entrañas de aquella imperturbable atalaya que reina sobre un abismo de niebla y olvido...
Los supervivientes del Elorrieta...
Por delante nos restaría (a algunos






) un día de luces y sombras...
Nieblas...
Y granizo...
Todo, por supuesto, en la mejor compañía


Un buen día, sin duda. Nos vemos
