Tienes que tener hábitos de vida saludables, tener claro que entrenando nunca se pierde el tiempo, hay que respetar los descansos, saber priorizar, entender que el esfuerzo tiene compensaciones y sobretodo disfrutar de ello. Aceptar que tus prioridades van a ser diferentes a las de los demás y que tu vida va a girar en torno a estas prioridades. ¿Y eso que comporta? Pues que gran parte de la gente que te rodea no te entenderá cuando digas que no puedes ir a la playa porque tienes doble sesión de entrenamiento, que no quieres ir a dormir tarde un sábado por la noche o que te pierdas el viaje de final de curso por entrenamientos en un glaciar. Pero parte de las "obligaciones" de un deportista también conlleva compartir momentos con los amigos y la familia y eso a veces puede ser difícil de gestionar.
Mi psicóloga deportiva Silvia Alsina, con la que trabajo desde hace ya muchos años, siempre me ha comparado éste dilema con una balanza. Aquello por lo que dedicamos la mayor parte del tiempo de nuestra vida, es lo que más pesa y lo ponemos en uno de los platillos como sería el trabajo, un nuevo proyecto o los estudios, en mi caso sería el esquí. En el otro lado, ponemos todo lo demás: la familia, los amigos, los hobbies, viajes, la lectura o los pasatiempos. Cada uno tiene diferente peso pero todos ellos son importantes y totalmente imprescindibles.
Debemos ser capaces de gestionar el tiempo que dedicamos a cada aspecto de nuestra vida, el objetivo es que seamos felices y para ello hay que disfrutar todo lo que hemos puesto en nuestra balanza, solo así conseguiremos que esté equilibrada. Cuando dedicamos demasiado tiempo a una cosa, es decir, cuando cargamos mucho un lado de la balanza y poco el otro, difícilmente seremos capaces de disfrutar de lo que hacemos en la máxima intensidad.
Así que… hagas lo que hagas, no te olvides de disfrutarlo!!!!
Life runs away, go catch it!