Forfaits para dos, tres o incluso cinco días es lo que más se vende en las estaciones de esquí altoaragonesas. Porque la crisis no ha podido con las ganas de los amantes del deporte blanco por deslizarse sobre las laderas pirenaicas, pero sí ha conseguido reducir sus estancias. Los turistas que optan por pasar toda la Navidad a pie de pistas son muy escasos y la mayoría, dada la situación económica, ha reducido sus vacaciones a tres, cuatro o incluso cinco días. "Hay entradas y salidas todos los días, mientras que otros años la mayoría de los clientes llegaba el domingo y se quedaban hasta el viernes o hasta el otro domingo", comentaron desde el hotel Saliecho de Formigal. Y en la Jacetania, lo mismo. "Si que hay familias que antes se quedaban cinco o seis días y que ahora se quedan cuatro", explicó Paco Coduras, responsable del hotel Villa de Canfranc.
Aunque ambos reconocieron que aún así, sus hoteles, igual que la mayoría de los que se sitúan a pie de pistas, estarán al cien por cien hasta Reyes, mientras que en poblaciones más alejadas, como Jaca, rondan el 90 por ciento de ocupación. No obstante, confían en que colgarán el cartel de completo para final de año.
Tres oleadas
Esta opción de los esquiadores, de pasar menos días de vacaciones al pie de las pistas de esquí, también se ha dejado notar en las estaciones. "Esperamos tres oleadas de gente: la que ha llegado para este fin de semana, la que vendrá el lunes para pasar unos siete días, y los que lleguen para el puente de Reyes", comentó Andrés Pita, quien añadió que "aunque la gente, por lo de la crisis supongo, ha acortado sus estancias, la estación está muy bien, hay mucha gente". No había más que ver el aparcamiento para comprobarlo. Las dos zonas de las que dispone el centro invernal jacetano para estacionar vehículos estaban llenas.
Lo mismo ocurrió en Candanchú, donde el parquing también estaba a rebosar. "Acabo de recorrer toda la estación y está muy animada", comentó Fernando Valero, su responsable de Comunicación. El hecho de que ambos complejos del valle de Canfranc, Candanchú y Astún, estuvieran abiertos casi al cien por cien contribuyó a que no se formaran excesivas colas. "La gente se ha repartido muy bien, unos se quedan en pista grande, otros se han ido a Rinconada, hay gente en el Tobazo y también en la Tuca", describió Valero.
Diez mil esquiadores en Formigal
En el valle de Tena, a pesar de que alrededor de diez mil esquiadores disfrutaron ayer de una jornada de esquí en Formigal, según los datos aportados por su director, Antonio Gericó, "no ha habido colas" ya que el público se distribuyó por las 94 pistas abiertas que sumaban más de 127 kilómetros. "Creemos que esta va a ser la tónica de la Navidad, si el tiempo se mantiene, hasta el día 31", relató, fecha a partir de la cual esperan que aumente la cifra de deportistas que opten por su estación.
En la otra estación de la zona, Panticosa, también hubo mucho público, sobre todo familiar, ya que es una característica que el propio centro impulsa. "La estación no es grande y los padres están muy cómodos aquí, les gusta porque pueden tener a sus hijos controlados", destacó Jesús Agustín, encargado de Comunicación de este centro del grupo Aramón. Tanto es así que este año han colocado dos cintas más en la zona de llegada de la telecabina "y se nota porque vienen muchos debutantes", añadió. El complejo cuenta con 35 kilómetros esquiables y tan solo una pista, la que baja hasta el pueblo, permanecía ayer cerrada por lo que, a pesar de la avalancha de esquiadores, no había que esperar demasiado para coger los remontes.
Y en el valle más oriental, en Ribagorza, la estación de Cerler abrió un 90 por ciento de su dominio esquiable. Tan solo alguna pista negra, por seguridad, permanecía cerrada al público. "Hay mucha afluencia, pero como está casi todo abierto se esquía muy bien, no hay aglomeraciones", señaló Jaime Río, encargado de márqueting de la estación donde ayer se vendieron muchos pases de dos días, para el fin de semana, pero también de cuatro e incluso cinco, hasta final de año. No obstante, Río informó que la mayor avalancha de esquiadores la esperan a partir de mañana lunes.
Un gran arranque
Entre los cinco complejos altoaragoneses suman 300,5 kilómetros esquiables, una cifra que el año pasado calificaron de récord cuando la alcanzaron a mediados del mes de febrero. Las laderas de los complejos están cubiertas de nieve polvo, la preferida de los esquiadores, y con espesores que oscilan entre los 40 y los 200 centímetros. Y es que el arranque de la temporada de esquí en el Pirineo aragonés no podía ser mejor. Los centros adelantaron su apertura a mediados de noviembre y, desde entonces, la cantidad y calidad de la nieve se ha mantenido, para delicia de los amantes del esquí.
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