Contaba Aymar Navarro hace unos años, antes de que lograse su histórico podio en la final del Freeride World Tour 2021 en la Xtreme de Verbier, que era complicado que pudiese quedar muy arriba en el ránking porque aunque de control y técnica va sobrado, reconocía en cambio que le falta poder hacer trucos en la bajada, algo que los jueces valoran a la hora de puntuar.
Y es que estamos hablando de una competición de mucho prestigio, donde no solo van los mejores, sino que hay codazos por entrar. Por tanto, se da por sentado que cualquiera que se lance en una prueba del Freeride World Tour, tiene técnica y control, así que los jueces se aferran al estilo, a la capidad de sorprender con alguna voltereta o un giro en el aire. Evidentemente la linea escogida también tiene un gran valor.
Todos los Jueces del Freeride World Tour son ex-competidores profesionales de primer nivel. Cuando llegan a cada etapa, estudian el terreno y las diferentes lineas a tomar. Saben cual es la más complicada, y por tanto valoran al esquiador o snowborder que se arriesga a tirarse por allí. Si además les deleita con algún truco, los 100 puntos quedan prácticamente asegurados.
El francés Laurent Besse, ex-competidor de snowboard que lleva haciendo de juez desde que se creara el Freeride World Tour en 2008, ahora es el Jefe de estos técnicos. Nos explica resumidamente, los cinco criterios básicos que siguen para puntuar a los participantes, tanto de esquí como de snowboard.
Cada atleta comienza con una puntuación de 50 y sus acciones harán que esta barra fluctúe de 0 a 100.
1.- La línea:
Este es el primer elemento que miran los jueces. En lo alto de una ladera virgen, la línea corresponde a la trayectoria elegida por el corredor para descender hasta la meta. Antes de cada etapa, los jueces, que son todos excompetidores, estudian la tipología del terreno y determinan una especie de clasificación de las diferentes líneas posibles y su dificultad. La creatividad también tiene un gran peso en este criterio: se valora mucho la novedad y el sentido artístico.
2.- Velocidad:
Va de la mano con la elección de la línea. No hay cronómetro, pero la velocidad que adoptan los participantes según los tramos de la ladera y su dificultad, puede hacer que ganen o pierdan puntos.
3.- La técnica:
La técnica del rider se refiere a su forma de descender la pendiente. En el Freeride World Tour al final se tiene poco en cuenta este criterio, porque el nivel de los deportistas es muy alto y técnicamente todos son muy buenos. Pero este elemento está íntimamente ligado al siguiente: el control.
4.- Control:
Un error técnico a menudo se manifiesta como un problema de control, que se tiene en cuenta en la puntuación. A menudo, estos errores se deben a una velocidad demasiado alta en un lugar específico. El esquiador, esquiadora o snowboarder, puede entonces perder el control y correr el riesgo de caer, lo que lo penaliza mucho. La pérdida de un esquí durante el descenso da como resultado automáticamente una puntuación de 0.
5.- El “air & style”:
Este último criterio combina todo lo referente a los saltos: su amplitud, su altura y las figuras ejecutadas. Los jueces penalizan los errores cometidos justo antes del salto o en la caída. Independientemente del tamaño del salto, pueden penalizar un error con el mismo valor. Una 'palmada' en la espalda (esto es cuando la espalda o la bolsa del atleta golpea en un aterrizaje) costará entre 15 y 25 puntos, independientemente del salto realizado. Pero esta pérdida será compensada con mayor puntuación otorgada al salto si fuera más difícil.
Estos serán los 4 jueces del FWT 2'022:
Las críticas a los jueces
Más allá de estos criterios precisos, cada uno de los jueces tiene sus sentimientos, su punto de vista y su técnica favorita. "Somos humanos, con nuestra sensibilidad", asegura Lauren Besse, quien añade que es normal que haya críticas. Todas las opciones están abiertas a la crítica, pero asegura que se esfuerzan por cometer la menor cantidad de errores posible y ser siempre imparciales.
Los jueces se esfuerzan por considerar a cada corredor como otro, y por mantener una distancia profesional a pesar de la cercanía natural que puedan tener ya que se gran parte del año coinciden en muchas montañas. Sin embargo, los jueces son regularmente objeto de críticas por parte de los atletas y el público.
La diversidad de orígenes y especialidades de los jueces también está ahí para eliminar cualquier afinidad con una determinada forma de bajar.
No es la primera vez que el público ve una gran actuación merecedora de un gran aplauso, pero los juces pueden ver eso como una acción de mucho peligro y puntuan negativo, lo que crea malentendidos con los aficionados.
Esta regla se tomó en común acuerdo con los riders desde hace años.