2.200 temporeros de esquí argentinos continúan atrapados en Andorra
"Queremos ir a casa, es nuestro derecho". Este es el SOS publicado en las redes sociales por multitud de argentinos "varados en Andorra" tal como han bautizado su grupo, para alertar a las autoridades de su país. Cuestionan directamente a su presidente Alberto Fernández, diciéndole que el espacio aéreo europeo permanece abierto.
Según ellos, desde el comienzo de la crisis del coronavirus, Argentina solo ha repatriado a sus nacionales a cuentagotas. "Tienen miedo. No tienen la infraestructura y el equipo para enfrentarse a la pandemia" aseguró a diferentes agencias de prensa Ariel Campana, un argentino de 39 años, quien añade que, "si el virus ha afectado tan duramente a Francia, España e Italia, ¿qué será para nosotros, un país menos desarrollado?" Ariel ha rtabajado de instructor de esquí, y debía regresar a su país en mayo, pero lleva sin cobrar desde hace un mes y asegura vivir confinado en un estudio de 20 m2 con su esposa, su bebé y un perro. "Primero repatriarán a los turistas, seremos los últimos en regresar a casa"
Florencia Lucas, de 28 años es otra de las confinadas. Trabajaba en una cafetería a pie de pistasy segura que tampoco le quedan recursos para mantenerse desde finales del mes de abril.
Aunque las autoridades andorranas lograron gestionar vuelos desde Barcelona e incluso se llegó a fletar un avión para trasladar a muchos de estos trabajadores hasta sus países, el gobierno argentino interrumpió este 'puente aéreo' internacional. Algunos lograron llegar, mientras que otros lo intentaron desde el aeropuerto de Tolouse, pero tras pagar un billeter de autobús hasta la localidad francesa se encontraron que Air France también había cancelado los vuelos tambien por orden desde Argentina
El Gobierno del país sudamericano ha buscado de esta manera blindarse ante el coronavirus, consciente de que tenía menos recursos que los países europeos para hacer frente. La realidad es que a día de hoy han detectado 2.443 casos positivos, una diferencia sustancial con su vecina Chile, donde ya alcanzan los 8.000 casos, pero un número similar de fallecidos en ambos países, que ronda el centenar.
AndorraUnos 2.200 argentinos "varados en Andorra" están inundando las redes sociales para exigir su repatriación.
Estos trabajadores de la temporada de esquí, cuyas reservas financieras se están agotando, creen que su gobierno los está dejando atrás.
"Queremos ir a casa, es nuestro derecho". Este es el SOS publicado en las redes sociales por docenas de argentinos "varados en Andorra" (varados en Andorra en VO) para alertar a las autoridades de su país. Cuestionan directamente a su presidente Alberto Fernández, diciéndole que el espacio aéreo europeo permanece abierto.
Unos 2.200 de ellos, principalmente trabajadores de esquí de temporada, están atrapados en el principado cuando sus medios financieros comienzan a agotarse.
Según ellos, desde el comienzo de la crisis del coronavirus, Argentina solo ha repatriado a sus nacionales en pequeñas gotas. " Tienen miedo. No tienen la infraestructura y el equipo para enfrentar [la pandemia], dijo Ariel Campana, un argentino de 39 años de la AFP. Si el virus ha puesto de rodillas a Francia, España e Italia, ¿qué será para nosotros, un país del Tercer Mundo? " El instructor de esquí, que debía regresar a su país en mayo, no ha tenido salario durante un mes y vive confinado en un estudio de 20 m2 con su esposa, su bebé y su perro. "Primero repatriarán a los turistas, seremos los últimos en regresar a casa", dijo.
"Deja de burlarte de la gente"
El mismo miedo por Florencia Lucas, de 28 años. "Estamos geográficamente muy cerca de los principales centros de infección", dijo la mujer que trabajaba en un café al pie de las pistas y que no tenía nada con lo que mantenerse al día hasta finales de abril.
Integrado entre Francia y España, el pequeño estado pirenaico es uno de los países europeos más afectados con 29 muertes vinculadas a Covid-19 el lunes, para una población de solo 70,000.
"Dejen de burlarse de las personas", dicen los exiliados a su presidente, transmitiéndole ataques de pánico, preocupaciones o problemas de salud que afectan a su pequeña comunidad. Santiago Walter, otro instructor de esquí, pensó que su terrible experiencia había terminado cuando hizo las maletas a principios de abril para tomar un autobús a Toulouse y luego un vuelo de Air France a Argentina. Pero el viaje fue abortado. "Nos dijeron que el gobierno no había autorizado la repatriación", dijo.
Andorra ha extendido temporalmente los permisos de residencia a todos los trabajadores temporales que han estado durante la temporada de esquí. Además difeerntes asociaciones tanto nacionales como locales, trabajan para ayudar a los que estén más apurados. Se les ha asegurado alojamiento en hoteles y manutención.
Los "varados en Andorra" también protestan contra el mantenimiento por parte de Argentina de un impuesto del 30% sobre los pagos con tarjeta en el extranjero, con un límite máximo de 200 euros por mes. Un problema más para estos exiliados.