En 2012 tuvo que vender la estación, y la compró Nora Pykkonen por 5 millones de dólares. La cerró al público y reservó sus instalaciones exclusivamente a clubes de competición que quisieran entrenar. Vendió los pases de temporada a... 5.000 dólares! El resultado fue una fuerte bajada de las ventas en todos los sentidos, no solo de venta de forfaits, sino del alquiler, puntos de restauración y todo lo que ayuda a sustentar los ingresos de un complejo invernal. En la temporada 2015-2016 después de varios años perdiendo dinero, la abrió a todo aquel que quisiera acceder a sus remontes. Se llenó, llegando incluso esquiadores de Texas que buscaban la estación más cercana al aeropuerto de Denver.
La estación no es muy grande, pero servía muy bien para aquel que quisiese empezar a esquiar sin tener que desplazarse hasta las grandes estaciones de Colorado. Pero ya fue tarde. Este pasado mes de Febrero Nora Pykkonen se declaraba en quiebra y solicitaba renegociar la deuda. Los acreedeores finalmente forzaron la venta para asegurarse el cobro.
Ayer un estudiante de la Universidad de Denver 27 años anunció la compra de Echo Mountain por 2,5 millones de dólares, más el pago de la deuda acumulada con los acreedores, unos 1,5 millones más. Peter Burwell es dueño de la compañía Burwell Enterprises, la cual heredó de su padre Vara Burwell, el cual murió el año pasado, y propietario de uno de los mejores hoteles de Aspen.
El acuerdo todavía está pendiente de ser aprobado por los acreedores, pero parece que no habrá ningún problema para que Burwell se quede con las pistas, remontes y maquinaria, con la esperanza de que esta vez sí, la estación tire adelante sin nuevos 'inventos' de su dueño.