En Mzaar-Kfardebian, la estación que con algo más de 800 hectáreas y 42 pistas es la más grande del país, sus responsables han cerrado la temporada con un gran optimismo, cuando la nieve y metidos en el mes de Abril, todavía asoma por los picos de sus zonas más altas. Aquí han ido recibiendo una media de 1.000 a 1.500 esuqiadores entre semana, y de 3.000 a 5.000 los sábados y domingos. Y eso pese a que el invierno empezó tarde, con nevadas a las que les costó llegar, temiéndose en el sector que se repitiría la mala temporada de 2014. En total han podido abrir dos meses y medio, un mes menos que una campaña normal. Pese a las altas cifras de asistencia, perder las ventas de Navidad y Fin de Año ha hecho que el total de días de esquí vendidos hayta sido un 25% por debajo de un invierno normal.
De todas maneras pese a la corta temporada, el ambiente en general es de satisfacción, sobretodo tras una temporada 2013-2014 en que solo se pudo abrir un día por la falta de nevadas en unas estaciones donde no hay sistemas de producción de nieve artificial.
Satisfacción porque pese a que ha bajado la cifra de esquiadores, los que han subido a pistas han gastado más, que al fin y al cabo es el objetivo de estas estaciones, tener una facturación que permita hacerlas rentables.
Este año también estuvo marcado por una novedad, la reapertura de la estación de esquí de Zaarour. Con un dominio esquiable de 800 ha y pistas que van desde los 1.650 a los 2.000 metros, se une así al grupo de estaciones más grandes del Líbano. Este complejo invernal se inauguró en los años '70, pero las guerras de hace unos años destruyeron parte de sus instalaciones. Mientras el resto de complejos invernales sirvieron para que las familias más adineradas se refugiaran de los combates abajo, Zaarour tuvo la mala suerte de ser uno de los centros de mando de un grupo rebelde, y en la reconquista del lugar quedaron afectados los remontes e instalaciones.
Situado a tan solo 35 kilómetros de Beirut, se van a invertir nada menos que 40 millones de dólares en hacer de Zaarour la mejor estación del Líbano para atraer a las adineradas familias de los países del Golfo. Este año ya se han instalado dos nuevos telesillas, y varias cintas de debutantes. El objetivo es hacer de este centro, un lugar para todo el año, en línea con lo que se viene buscando en la mayoría de n nuevas estaciones de todo el mundo.
De momento la novedad les ha venido bien, y algunos fines de semana tuvieron que colgar el cartel de completo. Ni siquiera quedaba material para alquilar.
Tampoco les fue nada mal a las estaciones situadas mas al norte de la Cordillera del Líbano, Laqlouq y Les Cèdres. El hotel Shangri-la, situado en la primera de ellas, estuvo lleno cada fin de semana, con un promedio de 220 dólares/noche por habitación.
En general han sido los esquiadores del país quien ha subido a esquiar, mientras que los que llegaban de Siria, Irak o países del Golfo, este año no han acudido como otros años. De todas maneras se espera que si el próximo vuelve a ser un invierno normal, estos turistas irán volviendo paulatinamente.