El mal ya está hecho. El ladrillo se ha quedado ahí y muchos Ayuntamientos han tenido que doblar su gasto en inversion para el mantenimiento de su territorio extra. Donde antes no había nada, ahora hay miles de chalets que ocupan centenares de kilómetros cuadrados que precisan de un mantenimiento en iluminacion, limpieza, servicios, asfaltado, etc... Y lo peor de todo es que la mayoría de meses no vive nadie en estas viviendas.
Eso sí: Los precios se resisten a bajar, por lo que a la mayoría de especuladores solo les queda el tiempo para poder ganar dinero.
¿Y que tiene que ver esto con el Pirineo? (quizás el macizo mas castigado en España por la presion urbanística). El crecimiento del turismo invernal en muchas zonas del Pirineo viene ligado a un desarrollo inmobiliario que construye cientos de casas diseminadas por cientos de kilómetros cuadrados, y que en su mayoría solo están ocupadas unos fines de semana al año.
La falta de iniciativa (y de ganas) de las autoridades por frenar esta invasión del ladrillo está provocando que una actividad que combina deporte y naturaleza, sea asociada a destrozo y especulación.
Porque hay que ser realista: Hace menos daño un esquiador en una zona controlada por pistas bien delimitadas que miles de montañeros (y 'pisapraos') campando a sus anchas por kilómetros de montaña sin ningun control, ni autoridad que regule ni cuide porque no se destroze nada por allí arriba, que no se asuste a los animales que salen de su hivernacion, que no se destroze la flora que sale tras el deshielo, etc... (sin decir con eso, que todos los montañeros son unos irresponsables)
El problema está abajo, en esa linea que divide los 1.500 metros hacia arriba y hacia abajo. Miles de proyectos se están desarrollando ya en nuestras montañas. Todas y cada uno de las nuevas instalaciones invernales vienen condicionadas a la liberacion de mas suelo para construir mas casas... separadas, muy separadas unas de otras.El especulador ha llegado al Pirineo, está dispuesto a dejar el ladrillo fijado allí arriba, pero como todo, vendrá la crisis, la desinversion, y aquel que esperaba ganar dinero a costa de la naturaleza se verá arrastrado como el agua en el deshielo.
Y no es que con esto pretenda decir que de ninguna de las maneras uno deba dejar de comprar una casita en el Pirineo, sinó que se debe pensar muy bien y si la vas a aprovechar muchos meses al año. Debes pensar que es una casa para toda la vida, y que en el Pirineo no valen especulaciones, porque puede que mañana decidas que ya no quieres volver a esquiar y te cueste vender ese apartamento o casita y porque Pirineo tenemos uno y años viviremos muchos...
Y mientras nosotros pensamos en si realmente debemos o no comprar, las estaciones deberían pensar en otras fórmulas para financiar sus instalaciones, pero eso ya es otro tema...